B. MUNAR

La asociación Apfem y Deforsam coinciden en que los niños y adolescentes con problemas mentales tienen falta de recursos sanitarios y sociales que les puedan ayudar a integrarse socialmente y para que las familias puedan llevar un ritmo de vida más pausado. De esta manera lo manifestó ayer el vicepresidente de Apfem, Antonio Castellano, quien remarcó que como padre de un niño afectado «estamos hartos, pero no cansados de pedir recursos profesionales y centros específicos y cualificados para atender a nuestros hijos».

Castellano demandó que los centros educativos deberían tener aulas específicas de intervención para atender a los niños que, con problemas mentales, en un momento dado padecen una crisis. «Los llevamos a clase y, muchas veces, una hora después nos llaman porque ha tenido una crisis y no los pueden retener en el aula. Los padres debemos dejar el trabajo y muchas veces no sabemos a donde ir ni a quien acudir porque no los podemos dejar a la vecina», explicaba. La solución, según el vicepresidente de Apfem, sería crear unas aulas de intervención donde haya un equipo profesional para abordar las situaciones en las que los niños sufran una crisis porque «los padres no podemos, no sabemos ni estamos preparados para atenderles». Las asociaciones también solicitaron que en el hospital Can Misses haya un área con un equipo infanto-juvenil especializado para atender a estos niños, porque no hay personal formado suficiente en esta franja de edad.

Por su parte, a presidenta de la asociación Deforsam, María Furniet, destacó que faltan muchos recursos «para seguir adelante y no para atrás» y aunque «crean que se nos está dando más no es cierto». Furniet también solicitó un hospital de día para que los pacientes «puedan pasar el día y dormir en su casa». Asimismo, pidió formación a los padres para que «cuando vuelvan a sus casas, se encuentren con un hijo al que puedan ayudar y no un pequeño manicomio», afirmó.