El 'termómetro económico' que suponen las matriculaciones de vehículos sigue apuntando hacia una congelación aguda de la economía de las Pitiüses tal y como se desprende del hecho de que, hasta agosto, se lleven vendidos casi 1.300 coches menos que en el mismo periodo de 2007. Este descenso supone una caída de casi un tercio (concretamente de un 32,49%) frente a los 3.963 vehículos vendidos en los primeros ocho meses del pasado ejercicio.

Los datos de la Asociación Empresarial de Automoción de Eivissa y Formentera (Aema) reflejan una caída importante de la matriculación el pasado mes de agosto, cuando se pusieron en circulación solamente 129 vehículos nuevos por los 205 del mismo mes de 2007. La caída es más acusada en el apartado de transportes comerciales, donde se alcanza una bajada de dos tercios, al pasar de 69 a 23 unidades.

El caso de los vehículos particulares, el principal segmento del mercado, refleja la compra de 93 coches en agosto y 1.059 desde enero, lo que representa unos descensos del 48,62% y del 25,42%, respectivamente.

Aunque las estadísticas de Aema no lo recogen, el presidente de la entidad, Josep Colomar, asegura que «existen categorías como la gama alta o los todoterreno en que los descensos son superiores al 50%».

A pesar de la mala evolución del mercado, los concesionarios mantienen que «agosto no es un mes significativo, siempre es malo» y reiteran su confianza en que «se mantengan nuestras previsiones y durante el último trimestre del año podamos recuperar algún punto y acabemos con una caída entre el 20% y el 22% respecto a 2007», explicó Colomar.

El negocio de los concesionarios no se resiente sólo en la venta de vehículos nuevos si no que también va a la baja en la segunda mano y permuta (entrega de vehículo en la compra de uno nuevo). De hecho, las ventas en este mercado «han caído entre un 60% y un 70%», aseguró Colomar.

«Esta situación es muy preocupante para los concesionarios porque nos coloca con un stock de coches muy elevado y, al no vender estos vehículos, no conseguimos el nivel de liquidez adecuado», añadió.

De momento, las empresas de venta de coches no han tenido que realizar ajustes de empleo o cierre de instalaciones, algo que podría llegar si la crisis se alarga varios meses, reconoció.