na moneda siempre tiene dos caras, por un lado están los que trabajan el domingo y por el otro los que lo dedican a descansar. Este es el caso de Arantza que reside en Eivissa desde hace un año y trabaja como auxiliar de enfermería desde ahce un año. «Trabajo muchos domingos pero cuando no lo hago dedico el tiempo libre a ir en bici, también me gusta ir al campo o a la playa», comenta esta joven de Zaragoza. Ayer, como estuvo algo nublado estuvo paseando y tomando un café en la plaza del parque. Confesó: «Si me importa trabajar los dimingos porque ves a la gente que no trabaja y que todo el mundo tiene libre y a mí también me gustaría». También señaló que no le importa trabajar ya que le encanta sus profesión. Ayer pasó la mañana junto a su amigo Xavi que reside en Eivissa desde hace cuatro años. Él es electricista por lo que «los domingos nunca los trabajo. Tampoco hago lo mismo un domingo u otro. Se que voy a hacer el domingo cuando me levanto. Vivo el presente», explicó. Este joven cuando tiene tiempo libre le gusta montar en bici y disfrutar de la naturaleza y de la playa. La otra cara de la monedasería Fernanada Guzmán, una joven que lleva dos temporadas trabajando en una conocida sala de la isla. «No me importa trabajar los domingos, para mí es como un día cualquiera. Lo cierto es que tener el domingo libre no me serviría de mucho ya que está todo cerrado y no podría hacer ninguna gestión ni nada», explicó. Cuando tiene su día de descanso hace «todo lo que no puedo hacer por mi trabajo. Salgo a pasear por el puerto por la noche y voy a cenar fuera de casa», comentó.
Al final lo importante no es si trabajas o no un día como el domingo sino si te gusta tu trabajo. Para los que trabajan en un día como ayer suelen acostumbrarse y en definitiva se acaba convirtiendo en un día como otro cualquiera. N. Salazar
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