Cada día son más las personas, tanto residentes como turistas, que deciden acercarse a la torre des Carregador, ubicada cerca de Platja d'en Bossa, para conocer un poco más cómo vivían los ibicencos en el siglo XVI, cuando se construyó esta torre como refugio para la gente que vivía en sus cercanías, sobre todo a los trabajadores que recolectaban sal, que por aquel entonces era la principal fuente de riqueza de la isla.

A principios de verano se estableció unas jornadas de puertas abiertas para que el público interesado conocieran las labores de restauración desempeñadas por el departamento de Política Patrimonial y Agrícola del Consell d'Eivissa. En este sentido se restauró totalmente para que el público pudiera acceder a ella. La afluencia de personas durante estas sesiones de puertas abiertas fue tal que la conselleria de Patrimoni ha decidido prolongar las visitas hasta el próximo 15 de octubre. «La verdad es que la iniciativa ha tenido bastante éxito, por eso prolongamos las visitas», explica José María López Garí, director de la conselleria de Patrimoni del Consell d'Eivissa.

A partir del 15 de octubre, según afirma López Garí, se iniciará un proyecto de museización: «Se trata de un proyecto de museo gráfico de interpretación de estos sistemas de defensa y el cargador de sal; es una buena manera de conocer la historia de la torre y la sal». Y añade: «Creemos que puede estar acabado para principios del verano que viene».

Si bien la torre des Carregador fue concebida como lugar de refugio en el siglo XVI, con la llegada del siglo XVIII y la implantación del sistema defensivo de torres por toda la isla se adaptó para formar parte del mismo: «A grandes rasgos se abrió una entrada en la parte superior, como en el resto de torres del siglo XVIII, la puerta de abajo se tapió y en la planta baja se construyó un polvorín», explica el director de Patrimoni. La importancia de esta torre fue muy importante, pues tenía como principal función defender el cargador de sal, que en el siglo XVIII continuaba siendo una fuente importante de ingresos para los habitantes de Eivissa. Con el paso de los años esta importancia ha ido disminuyendo, aunque seguramente continuará siendo una torre de éxito en afluencia de público. María José Real

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