Para los que quieran explorar la pitiusa menor al más puro estilo de Lucía y el Sexo, la bicicleta constituye el medio de transporte idóneo para conocer la isla a fondo.

Por sus dimensiones y su orografía llana, la bicicleta resulta perfecta para recorrer los rincones más especiales de Formentera. El recorrido, para los que llegan desde Eivissa se puede iniciar en el puerto de la Savina. Después, se puede pasear tranquilamente hasta el molino viejo o recorrer el antiguo camino romano. Durante el recorrido se pueden contemplar una de las vistas más emocionantes del verano que harán esta excursión inolvidable.

Las playas de Formentera son admiradas tanto por los residentes como por los turistas que visitan la isla durante los meses de verano. Sus aguas cristalinas y sus arenas blancas han hecho de la isla una referencia para todos los amantes del ocio acuático. Es por ello que en este recorrido no pueden dejar de visitarte algunas de las playas más bellas y conocidas, como Mitjorn, es Pujols o ses Illetes donde también hay multitud de restaurantes donde disfrutar de la excelente gastronomía local. Fue precisamente por la calidad de sus aguas que los romanos decidieron construir una salinera, otro de los puntos imprescindibles que cualquier turista no debería perderse.

La ruta en bicicleta puede continuar hasta el punto más alto de la isla, el faro de la Mola. Han sido muchos los artistas que han encontrado su inspiración en este lugar. Entre ellos, Julio Verne, que describía una Formentera cubierta de nieve en su novela Viaje a través del Imperio Solar. Junto al faro de la Mola hay un busto de Verne donde puede leerse una inscripción en homenaje al célebre autor galo.

Una vez cae la tarde, el visitante puede dirigirse a Sant Francesc, la capital de la isla donde puede relajarse tomando algo en una terraza o disfrutar de una tarde de compras antes de regresar de nuevo a Eivissa. R.D.