Es Pujols tiene en invierno una población fija menor a la de Sant Francesc y Sant Ferran, pero en verano se convierte en el núcleo turístico por excelencia y por tanto es el lugar donde más tiendas de ropa, souvenirs, alquileres de motos, bares de ocio nocturno y restaurantes hay en toda la isla.

Pero este año la cara más cosmopolita de la isla se resiente de la crisis económica global, han bajado los turistas, aunque poco, pero sí se ha notado en el volumen de negocio. Es una sensación generalizada pero que afecta a unos más que a otros: unos ven el vaso aún medio lleno mientras que otros dicen que está medio vacío.

Juan Cruz Zapatería Zapa, de Waffeln Mediterráneo, cree que el balance de fin de temporada será positivo porque «siempre hemos estado trabajando al 120% y era normal que eso no podía seguir así y aunque con sus altibajos creo que la temporada será relativamente buena, aunque si la comparamos con la del pasado año será mala porque el principio de la temporada fue malo y las perspectivas para el final de la misma tampoco son optimistas». Pero 'Zapa' también recordó que «la mayoría de los clientes son jóvenes italianos que sólo buscan sol y playa con lo que este mercado reduce la temporada a poco tiempo».

Joan Ferrer Johnny, de moto rent Andrauet, señaló que para su negocio la temporada «está funcionando bien, algo más floja que el año pasado, entre un 5 y un 10% menos. Para 'Johnny' hay dos motivos: «Ha bajado el turismo, pero sobre todo ha bajado la calidad de los visitantes, y en agosto son muy jóvenes y con poco poder adquisitivo, los mejores clientes vienen ahora en junio o principios de julio o en setiembre y eso se nota».

Roberta, de la tienda de moda Playa, reconoció que «en junio y julio el negocio funcionó muy bien, pero en agosto no tanto, la gente entra en la tienda, mira, pero no compra, no pueden comprar». Roberta, italiana, no tiene claro que el descenso en las ventas se deba sólo a que el turismo de es Pujols es de jóvenes italianos «el problema es que no tienen dinero, pero no sólo los jóvenes sino en general, vienen de vacaciones pero tienen poco para gastar y lo hacen comiendo y divirtiéndose».

«Fatal»

Balbina Yern lleva una tienda de souvenirs desde hace 22 años y preguntada por cómo va la temporada tiene un veredicto claro «fatal». El volumen de negocio según Yern ha bajado todos los meses de la temporada «mayo desastroso, junio, mal, en julio se trabajó pocos días y sólo ahora, a mitades de agosto el negocio funciona más o menos bien la última semana y de cara a lo que resta de la temporada, ya veremos». Para Yern la temporada está prácticamente perdida ya que con suerte «aún se podrá hacer negocio los primeros días de setiembre pero después, nada».

Vicent Llorens, de Hostal Voramar y Cafetería Xiquets, no dudó en confirmar que «este verano se nota la famosa crisis de la que tanto se está hablando y aunque en el tema del alojamiento no se nota tanto, una bajada de entre el 5 y el 10% aproximadamente, donde de verdad la crisis está clara es en la oferta complementaria».

Carlos Abril, de Supermercado Gonzalo, afirmó que «la temporada en líneas generales está siendo un poco más floja que otros años, tanto en la afluencia de la gente como en la calidad de la gente», señalando que «se nota que la calidad ha bajado un poco, gente demasiado jóven, con poco poder adquisitivo y lo que más vendemos son los bocadillos, agua, refrescos, pocos vinos, ni de calidad ni de los más sencillos, algunos chupitos porque los jóvenes prefieren las fiestas a las playas».

Carlos Trigo, Restaurante El Caminito, afirmó que «la temporada está yendo peor que el año pasado, calculo que en nuestro restaurante es de un 15% menos de clientes, pero lo extraño es que con menos gente, el cubierto sale mejor, lo cual compensa la caída de visitantes». En dicho restaurante, uno de los más conocidos de es Pujols, el negocio bajó en junio y julio mientras que en agosto es similar al de 2007 «pero se nota -dijo Trigo-, que la calidad del turista ha bajado mucho, el italiano ya no es el que antes venía y nosotreos tenemos la suerte de que el cliente español es el que nos está salvando la temporada».