El Ayuntamiento de Sant Antoni precintó ayer un nuevo equipo de música en un local de la zona del West End, tras reibir denuncias de los vecinos por el alto volúmen de la música. Según explicó el concejal de Gobernación y Turismo, José Ramón Serra Pilot, para aplicar el precinto se llevó a cabo previamente una sonometría que permitió verificar que la música superaba los niveles permitidos, por lo que se abrirá un expediente al propietario del local «y se le impondrá una sanción grave», cuyo importe «va desde los 601 euros hasta los 12.000», explicó Pilot.

«Arriba de este bar hay un hotel y los clientes estaban soportando un alto nivel sonoro sin poder descansar», apuntó el edil, quien destacó que esta nueva sanción obedece «a la línea que está llevando el Ayuntamiento para que todos nos amoldemos a las normas y a los niveles de ruido que cada uno puede permitirse sin molestar los vecinos».

Las sanciones actuales se aplican mediante la ley balear contra el ruido a la espera de la aprobación de la nueva normativa municipal y el mapa de ruidos que incrementará las multas para este tipo de infracción.