l pequeño pueblo de Cala Llonga celebró durante el día de ayer su día grande con múltiples actividades. Por la mañana, los más pequeños pudieron disfrutar de una serie de juegos preparados para ellos en la playa, que se mantuvieron durante el resto del día. A mediodía tuvo lugar la misa solemne y, ya por la tarde, cerca de las 19,00 horas, los 12 carros tirados por caballos tomaron las calles de Cala Llonga para mostrar al público toda la elegancia de sus movimientos durante el tradicional desfile que, como cada año, encandila a turistas y residentes. Mientras la comitiva equina paseaba dirigida por sus carreteros, los turistas, sobre todo ingleses, aprovechaban para retratar a los caballos mejor engalanados, pues algunos de ellos lucieron hasta coronas de flores en su lomo.

Tras algo más de 20 minutos de desfile, la colla l'Horta de Jesús hizo una exhibición de ball pagès en la fuente del pequeño pueblo. Si bien el último sol del día les acompañó, las balladores no pararon de agitar sus abanicos mientras esperaban que los galanes ibicencos las eligieran para bailar. Mientras se sucedía la muestra de baile típico tradicional, algunos niños turistas irrumpieron espontáneamente en la rodona hecha por la colla. Así, los balladors más veteranos vieron que existía un buen potencial y escogieron a algún pequeño del público para bailar con ellos. Con mucha timidez, el niño comenzó a tocar las castanyoles y pegar pequeños saltitos emulando los agitados movimientos de las extremidades inferiores de los balladors más experimentados. La jornada festiva concluyó con la música del grupo Sagitario y el concierto de Statuas d. Sal. A medianoche se proyectaron una serie de audiovisuales en sustitución de los fuegos artificiales.

María José Real

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