Los operarios estuvieron durante la mañana de ayer preparando los 4.000 kilos de material pirotécnico. Foto: M.T.
edia hora antes de que los fuegos artificiales llenaran de color el cielo de Eivissa empezó a llover con tanta fuerza que muchos de los residentes y turistas que el año pasado se agolparon en las calles de la ciudad pensaron que se quedarían sin ver el espectáculo pirotécnico. Finalmente, quedó un poco deslucido, pero todo siguió adelante. La previsión de la Agencia Estatal de Meteorología para hoy estima una temperatura máxima de 28 grados, con un cielo nuboso y viento que soplará de ligero a moderado. «Esperemos que todo salga según lo previsto este año; la verdad es que el año pasado no quedó como lo teníamos preparado por el chaparrón que cayó justo media hora antes, pero al final salió bien», explicó Alberto Villar, de la empresa Ricardo Caballer, que se encarga de la preparación de los fuegos del 8 de agosto desde hace varios años. Durante la tarde de ayer, Alberto y algunos compañeros más preparaban los fuegos, que este año se lanzarán desde la zona que queda entre el dique de Botafoc y el hotel El Corso. La principal diferencia respecto al año pasado es la duración, pues de los 25 minutos previstos para los fuegos de 2007 este año se reducen a 18 minutos.
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