Xico Tarrés salió ayer elegido nuevo secretario general de la Federación Socialista de Eivissa (FSE-PSOE) con un 66% de los votos. El presidente del Consell recibió así el castigo del sector de María Àngeles Leciñena (en el que están Antonio Roldán y Pedro Campillo), que votó en blanco (34%). Pese a que Tarrés y Leciñena habían alcanzado un preacuerdo el martes, éste se ha roto y se ha restaurado varias veces y finalmente «por responsabilidad hacia el partido», la consellera balear de Interior decidió ayer por la tarde no presentar una candidatura alternativa.

Tarrés explicó que el acuerdo no había sido posible porque «hay cosas que a veces son casi imposibles» y reconoció que el congreso había sido «muy movido». «Ha habido muchas idas y venidas y finalmente en una reunión todos juntos hemos llegado a un acuerdo y después desafortunadamente ha habido quien se ha salido porque no veía las cosas claras», expresó el flamante secretario general, que indicó que esto «no es significativo» porque en los próximos meses trabajará para conseguir la unidad de la formación.

Leciñena tiene una visión algo distinta de cómo han transcurrido las negociaciones. «Hasta el miércoles teníamos un preacuerdo, pero un sector se movió de la foto y eso ha hecho que para nosotros fuera inasumible; hemos estado trabajando para buscar una candidatura unitaria pero al final no ha sido posible», explicó la consellera de Interior, que felicitó públicamente a Tarrés. Leciñena, de todas formas, no lo da todo por perdido porque asegura que le da una última opción al presidente del Consell para que hoy presente una ejecutiva en la que recoja sus exigencias. «Si es así contará con nuestro apoyo y sino nos abstendremos, porque creo que lo único que tenemos de capital los políticos es la coherencia y la credibilidad y a ello no estamos dispuestos a renunciar porque nos ofrezcan un cargo u otro», expresó la consellera.

Pese a que no quiso explicitarlo, el sector de Leciñena, Roldán y Campillo no acepta que Carlos Rubio esté en la ejecutiva. Rubio, que se confiesa «amigo de Roque López», declaró hace poco ante el juez que había oído hablar de comisiones en Eivissa Centre. Es por ello que desde este sector muestran sus recelos, porque Campillo está imputado y porque consideran que Rubio y su gente han traído los follones al partido. La presencia de Rubio en la ejecutiva parece que tampoco ha hecho gracia al alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribas, Agustinet, también imputado.

Preguntada sobre si el problema era que Rubio estuviera en la ejecutiva, Leciñena no quiso confirmarlo porque todavía es posible un acuerdo con Tarrés en la ejecutiva, que se vota hoy.

La consellera de Interior reconoció que durante la negociación se ha hablado más de personas que de proyectos. «Es la triste realidad, pero qué duda cabe que los proyectos se tienen que llevar a cabo por personas y por personas que sean leales», añadió Leciñena, que reconoció que está en la ejecutiva de Vila con gente del sector de Rubio aunque «eso se gestó bastantes meses antes de que surgieran algunas declaraciones, que han cambiado las cosas». «Nuestro problema no es Xico como secretario general, eso quiero que quede bien claro», añadió.

Tarrés recalcó que siempre hay sectores que se sienten «agraviados o poco representados». «Creo que tenemos que hacer el esfuerzo de olvidarnos de muchísimas cosas», agregó el presidente del Consell, que matizó luego que no había querido decir que Leciñena no quería pactar. Sin embargo, recordó que no todos los militantes pueden tener cargos ni el trabajo ni las ideas de todos pueden llegar a las instituciones. «Lo importante es que los ciudadanos estén bien atendidos y unos militantes darán la cara y otros no».

Rubio, que declinó hacer declaraciones, negó que él haya sido ningún problema para alcanzar un pacto.