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prender a querer diferentes artes, como el teatro, la música y la danza, pero de una manera lúdica. Así se puede resumir el principal objetivo del duodécimo campamento musical que dirige el Taller de Flauta Dolça Albarca hasta el próximo 26 de julio.

Durante la mañana de ayer, los 57 participantes se distribuyeron en los cuatro grupos por edades (piccolo, de entre tres a seis años, oboe, de siete y ocho años, arpa, de nueve, 10 y 11 años y contrabajo, a partir de 12 años), se presentaron entre ellos y comenzaron las diferentes clases. El lugar elegido este año para desarrollar este divertido campamento musical es el edificio polivalente de Cas Serres. En el auditorio, Africa Morris enseñaba a los chicos y chicas del grupo arpa los secretos de la danza contemporánea. Aunque muchos de ellos se distraían a su manera, la profesora les marcó una serie de ejercicios con los que mantener el contacto entre ellos y así vencer un poco la timidez. En este sentido, la desinhibición es otro de los objetivos que persigue este campamento musical: «Aquí descubren cosas nuevas y pierden un poco la timidez porque están en contacto con diferentes niños, pues hacen muchas cosas en equipo», explica Peligros Saura, directora musical de este campamento en el que los niños que ya tocan un instrumento o incluso forman parte del conservatorio también participan: «Ellos acuden para perfeccionar lo que ya saben y ampliar sus conocimientos». Así, mientras unos asisten a clase de música de cámara, otros de danza, violoncelo, clarinete o flauta dulce otros se preparan con el coro o el piano, por ejemplo. Y todo ello para la gran cita de final de curso, la cantata de la Tortuga Boteruda: «A grandes rasgos es una tortuga que está deprimida y sus amigos la llevan a un centro de recuperación de animales deprimidos y la consiguen salvar», explica Antoni Tur, director técnico de este campamento. Esta cantata, según explica, es muy especial, pues no se trata sólo de un coro y un piano sino de algo más: «Todos los niños van a participar, ya sea en danza, teatro o tocando un instrumento». Y es que otro de los puntos fuertes de esta iniciativa es que para formar parte de ella sólo hace falta tener interés por aprender y principalmente por pasar un verano diferente, muy divertido y, ante todo, lleno de arte.

María José Real