Durante la primera inmersión en el litoral de la isla de sa Conillera pudimos ver y jugar con un pequeño y escurridizo pulpo, a la izquierda de la imagen. Fotos: ACTIVE DIVE

La mayoría de los bañistas, en alguna ocasión, se han colocado unas gafas de buceo con esnorquel para ver aquel mundo misterioso que estaba bajo sus pies. Pero para aquellos que esa ha sido su única inmersión, la cosa cambia cuando decides colocarte el traje de neopreno, cargar con la botella de aire y sumergirte a más de seis metros de profundidad. Para semejante aventura lo mejor es acercarse a un centro de buceo profesional, ya que la seguridad en este deporte o afición es algo fundamental.

Eivissa además de tener miles de rincones marinos que explorar, cuenta con una gran variedad de centros de buceo. Uno de ellos es Active Dive, dirigido por los instructores Diego Ponce y Vicente Juan, cuya pasión no es sólo bucear y formar a nuevos buceadores sino que también se preocupan por el cuidado y la protección del fondo de marino. Demuestran su interés colaborando en numerosas ocasiones en limpiezas solidarias que se han realizado en el litoral ibicenco.

Para hacer un bautismo o realizar una primera inmersión se puede hacer directamente en el mar. No hay clases teóricas previas, sino que cuando llegas al centro comienza las explicaciones sobre el material que tienes que llevar y unas pequeñas nociones sobre seguridad. Eso sí, antes de adentrarte en el mar los instructores te explican todo lo necesario para que puedes moverte con soltura a unos seis metros de profundidad. En un primer momento resulta complicado moverse bajo el agua con tanto artilugio, pero tras varios minutos todo es más fácil. También resulta algo complicado adaptarse a la respiración a través de la boca, colocarse la máscara de buceo y a su vez poder disfrutar de todos los secretos de la vida marina. Pero esas pequeñas dificultades desaparecen con tenacidad. Tras varios intentos por convertirse en un pez y cuando el buceador novato cree que no podrá aguantar mucho tiempo bajo el agua, es entonces cuando sin darse cuenta, está buceando y no desea por nada del mundo salir a la superficie.

Se trata, por tanto, de una experiencia increíble llena de diversión que requiere algo de habilidad pero que está dirigida a todo tipo de personas. Sólo se necesita una tarde y la confianza en uno mismo para iniciarse en el mundo del buceo y por supuesto tener unos buenos instructores.

Cuando uno conoce los que se esconde a seis metros bajo el mar, inmersión máxima para los buceadores novatos, la realidad de la superficie cambia y resulta sin duda de una experiencia a realizar, por lo menos, una vez en la vida.

Natalia Salazar

Cuando uno ya tiene experiencia en el mundo del submarinismo, ya sea aficionado o profesional, estos pasos los realiza de manera mecánica y no tiene que pararse a pensar en ellos. Cuando se trata de la primera vez que disfrutas del buceo este ritual es importantísimo y normalmente se realizan bajo la supervisión del instructor. Lo primero es practicar la respiración con la boca y por su puesto comprobar que el respirador funciona correctamente. La botellas modernas incorporan dos respiradores para casos de emergencia. Lo segundo es ver que el caudal de aire es el correcto y que todos los tubos están bien colocados. Lo tercero es ver el profundímetro y el manómetro que están incorporados en la botellas de aire de los buceadores.