os baños en el mar antes de que amanezca, saltar las hogueras para dejar atrás los malos espíritus y aprovechar la intensidad de las propiedades curativas de algunas plantas como el tomillo o el romero son algunas de las supersticiones más populares que giran en torno a la noche de San Jean. Eso sí, el fuego siempre es el absoluto protagonista en todas las celebraciones, pues se considera que las llamas de las tradicionales hogueras son purificadoras y consiguen alejar a los malos espíritus que junto con las criaturas imaginarias campan por el ambiente de la noche más corta del año.
Durante la tarde de ayer ya se comenzaba a respirar el rastro dejado por los continuos petardos explotados por los más pequeños y algún que otro ya entrado en la edad adulta.
Como cada año, el Instituto d'Estudis Eivissencs (IEE) organiza una gran fiesta de Sant Joan desde 1971, cuando tuvo lugar la primera de manera anecdótica, pues la comisión ejecutiva decidió hacer un homenaje a la escuela de Sant Josep por recoger canciones ibicencas que se reproducían en un medio de comunicación de la isla. Desde entonces, el IEE celebra la fiesta del solsticio de verano en diferentes localidades de la isla con la colaboración de asociaciones de vecinos, grupos juveniles y ayuntamientos. Así, en la ciudad de Eivissa los festejos tuvieron lugar en el parque Reina Sofía, donde los más pequeños fueron acercándose con la caída del sol para disfrutar con diversos talleres y juegos tradicionales, como la gallinita ciega, el escondite o los talleres de pintura de camisetas o creación de figuras con barro.
Cerca de las 20,30 horas el grupo de teatro de es Cubells empezó a representar una de sus obras más conocidas Contrabàndol, en la que narran las historias de la Eivissa antigua en torno al contrabando de tabaco y otros productos. Poco después, la colla sa Bodega y el grupo de música ibicenco Stock de Rock pusieron la primera nota folclórica y musical de la noche con sus respectivas actuaciones. Cerca de las 23,00 horas la rumba catalana llegó con el ritmo catalán de Sabor de Gràcia. Tras algo más de una hora de concierto llegó el momento más esperado por los asistentes: el encendido de la hoguera que requirió más esfuerzo por parte de los servicios de seguridad para que no se descontrolara con el viento. Con el fuego de fondo, los 30 demonios y las cinco brujas del grupo Els mals esperits empezaron su particular correfoc con marcado carácter ibicenco, pues los demonios iban vestidos con el capuchón que llevaban los ibicencos cuando estaban de duelo en el siglo XIX y las brujas, la novedad de este año, lucían el vestido que las balladoras muestran en el ball pagès. El carácter participativo de este correfoc quedó patente con las incursiones de los asistentes en el particular desfile. La asociación de vecinos de San Pablo, que agrupa a los barrios de Can Sans, Can Misses y Ca'n Escandell, celebra su particular verbena de Sant Joan desde hace 15 años. El espectáculo de Paco Atrium consiguió entretener a los asistentes hasta la llegada de la quema de la hoguera, que este año estuvo dedicada a la crisis del sector del ladrillo y se escenificó, por un
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