La concejala de Cultura del Ayuntamiento de Eivissa y ex secretaria general del PSOE de Vila, Sandra Mayans, reveló ayer ante el juez que participó en múltiples reuniones del PSOE en las que se hablaba de la existencia de comisiones ilegales en Eivissa Centre como un «problema» para el partido. Así lo explicó el abogado de Roque López tras la declaración: «En esas reuniones Xico Tarrés, Miquel Mestre, Roque López, José Mª Costa y Carlos Fernández decían que era un verdadero problema del partido y Mayans ha reconocido que eran reuniones casi a diario, con lo que ha habido treinta o cuarenta reuniones en las que se hablaba no sólo de irregularidades en general del proyecto Eivissa Centre, sino también de ese pago de comisiones y que había que cortarlo», detalló el letrado de López, Luis Romero.

Según Romero, tanto Mestre (número dos del PSIB) como Tarrés sabían de estas comisiones y decían que había que terminar con ellas «pero durante un año no se hizo y por eso Roque López procedió a la grabación». «Según dice Sandra Mayans, Mestre y Tarrés habían hablado de expulsar a Pedro Campillo y a Antonio Roldán del partido alegando como motivo esas irregularidades», añadió el letrado, que indicó que todo esto es «muy importante» para la defensa de Roque López porque demuestra que eran muchos que sabían sobre el asunto.

Al parecer, Mayans participaba en estas reuniones, que tuvieron lugar durante el año 2005, como miembro de la ejecutiva de Vila. Algunas de ellas eran oficiales del partido, pero muchas eran comidas o cafés con Carlos Fernández (ex secretario de Organización de la FSP) o Josep Mª Costa. Tanto Fernández como Costa han negado ante el juez que hubiera comisiones.

A su salida de los Juzgados, Sandra Mayans explicó a los periodistas que tuvo conocimiento por otras personas de que había habido reuniones con el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, sobre este asunto. «Cuando dirigentes superiores tienen esa información, igual que para otras cosas el partido funciona jerárquicamente, también debería por este tipo de hechos, si cabe más desagradables,», expresó Mayans, que indicó que siempre se ha mostrado contraria al cobro de comisiones y a los favoritismos.

La edil asegura que cuando tuvo conocimiento de que podía haber un presunto cobro de comisiones, de lo que se enteró a través de López pero también por otros dirigentes del PSOE, se juntó con el ex secretario de los socialistas pitiusos para investigar. «El objetivo era encontrar pruebas», explicó Mayans, que indicó que esta labor es «muy difícil». «En caso de que hubiese delito no es tan fácil demostrarlo porque el dinero negro no deja recibo», añadió la concejala, que indicó que no sabía que López estaba grabando a sus compañeros y sólo se enteró de que había cintas el día anterior a que saliese publicado en 'El Mundo'. «Si lo hubiera sabido habría dicho cosas más suaves», expresó Mayans, que se reconoce en las grabaciones. La edil, que cree que quien debe determiar si hubo comisiones es el juez, señaló que si hubiera tenido «pruebas contundentes» sobre las presuntas comisiones habría ido directamente a los Juzgados.

Mayans explicó ante el juez que había miembros del Ayuntamiento «como Pedro Campillo que tenían un nivel de vida alto», según explicó luego el abogado Luis Romero. «Ha hablado de algún inmueble o de viajes millonarios con prostitutas y que cada viaje podía salir por un millón de pesetas», explicó el letrado, que luego se negó a concretar quiénes eran los que participaban en estos desplazamientos.

Ante los periodistas, Mayans aclaró que los comentarios sobre el nivel de vida de algunos concejales los hacían también otros dirigentes y altos cargos del partido, aunque fue a ella a quien grabaron. «El partido debería haber cortado esta rumorología», indicó la concejala, que cree que hubo «dejadez» porque no se puede permitir que se hable mal de un compañero sin tener «certezas», ni que un «compañero socialista lleve un estilo de vida que no pertoque a su ideología». Mayans cree que tendrá que ser el juez el que determine si estas personas llevaban un nivel de vida por encima de sus posibilidades: «Yo no sé lo que cobra la gente ni las propiedades que tienen ni si se han vendido un apartamento».