G. R.Ç

La Conselleria de Comerç, Indústria i Energia del Govern balear impartió ayer una jornada informativa al sector comercial de Formentera para explicar el proceso de transposición a España y a les Illes Balears de la Directiva de Servicios de la Unión Europea, comúnmente denominada directiva Bolkenstein. La consellera Xisca Vives, tras señalar que desde el Govern y la conselleria se han tomado el asunto muy en serio esta directiva porque «afecta a mucha gente», aseguró que «hemos comenzado a trabajar en dos sentidos. En primer lugar, hemos encargado una modificación de la Ley de Comercio cuyo articulado cambiará bastante, pero al mismo tiempo llevamos ya cierto tiempo con jornadas formativas en la que técnicos de la conselleria explican a los sectores más afectados en qué consiste esta directiva y qué repercusión tiene en los comercios».

Para Vives la implicación va desde el propio sector hasta las administraciones autonómicas y locales que «también juegan un papel importante a la hora de aplicar la normativa» y por ello se llevó a cabo una jornada de trabajo formativa e informativa para aclarar, dijo la consellera de Comerç, dudas o aspectos poco claros que puedan tener los comerciantes que «deben conocer claramente de qué estamos hablando y se pierda el miedo a esta directiva que cada vez estará más de cerca de su imposición definitiva en el seno de la UE». Pero Vives señaló que pese a miedos y reticencias también hay una parte positiva como es «la renovación del sector del comercio y la ordenación territorial de los comercios existentes». En este sentido recalcó el papel decisorio de ayuntamientos y Consells que a la hora de poner freno a la instalación de grandes superficies «y no quiero ni pensar en la posibilidad de que en Formentera se quisiera instalar una gran superficie», mediante criterios de aspecto territorial o medioambiental, no económico. Finalmente Vives anunció la próxima firma de un convenio entre la conselleria de Comerç, Indústria i Energia con el Consell de Formentera para dar una ayuda técnica y económica para que el Consell pueda elaborar un plan de equipamientos comerciales adecuado a las realidad y necesidades reales de la isla.