Las cinco canteras incluidas dentro de la Asociación de Eivissa y Formentera de estas instalaciones reconocen que «no es tan fácil sacarse obras de la manga» pero apuntan que las diferentes Administraciones deberían hacer lo posible por avanzar la realización de obras públicas para «evitar que se mantenga la situación como hasta ahora, con un año que está siendo desastroso», según apuntó ayer el presidente de las canteras, Juan Muñoz Aguilar.

«Sabemos que los políticos no lo tienen fácil, que deben estudiarse muy bien las cosas, hay que tomar decisiones y cumplir unos trámites», explicó Aguilar. «Nos consta, además, que están intentando buscar fórmulas para compensar el bajón de la edificación con las infraestructuras. Pero harían bien en acelerarlo al máximo para dar ocupación a todos los sectores que dependen de estas obras y que todo el mundo pueda ir tirando un poco», añadió.

El cese de las grandes obras se está notando desde hace meses en las explotaciones de extracción de áridos. Sin ir más lejos, el primer trimestre del año se ha cerrado con una venta de material de cerca de medio millón de toneladas. En el mismo periodo del año la cifra era el doble, explicó el representante de las empresas.

La caída de la ingeniería civil ha venido acompañada de un descenso «brutal» en la edificación. «Se ha paralizado todo, desde los pisos a los hoteles y las instalaciones industriales. Y eso que desde enero hasta mayo es una época buena porque luego viene la paralización de obras por la temporada y se vive un parón importante en el sector», aseguró.

Aguilar prevé «que va a ser difícil acabar el año con beneficios» pero destaca que las empresas del sector «se pueden adaptar fácilmente».

«Con las carreteras se tuvieron que doblar turnos y traer máquinas de fuera. Ahora habrá que devolver las máquinas y reducir las horas», apuntó.

La reforma del puerto de Vila, que incluye la creación de una plataforma de 8,5 hectáreas en es Botafoc, todavía deberá esperar un tiempo antes de que se pueda iniciar y podría sufrir importantes modificaciones en su diseño pero las canteras de Eivissa reconocen que podría ser una ayuda muy importante para mantener su actividad. «Si la obra se hiciera tal y como está prevista, podría suponer entre 800.000 y un millón de toneladas de áridos al año y tendría una duración de 18 meses», señaló Aguilar. «Aunque las cinco canteras somos competidores entre nosotros, estas cifras suponen que cada explotación podría tener encargos por 200.000 toneladas al año, lo que sería un alivio», concluyó.