El presidente del Consell, Xico Tarrés, defendió ayer que la inversión adicional que va a tener que realizar el Govern para adaptar los túneles de la autovía al aeropuerto a la nueva normativa de seguridad es necesaria. «Tendremos que cumplir con lo que marque la ley», dijo Tarrés, que añadió que a él le hubiera gustado que «no se hicieran estos túneles».

Estas obras le costarán al Govern más de cinco millones de euros, ya que se prevé un sistema de detección de incidencias por 169.000 euros, obras de señalización de los túneles por 409.437 euros y 2 millones para un edificio de control de los túneles (para control de cámaras de videovigilancia, personal de limpieza, etc.). Además, habrá que desembolsar 2,1 millones de euros más para cambiar determinada iluminación que se había puesto en estos túneles y que no cumple con el Real Decreto 635/2006.

Algunas de estas obras, según el Govern, ya se han acometido, aunque hay otras que se irán haciendo gradualmente, aprovechando los medios que se pongan para la construcción del último tramo de la autovía al aeropuerto. El edificio de control de los túneles todavía no se ha levantado, pero se hará en las inmediaciones de Can Sifre.

Según explicaron las mismas fuentes, estas modificaciones no entran en el modificado de la autovía del aeropuerto que está ahora a exposición pública, por lo que se pueden hacer en cualquier momento. «Se trabaja constantemente», expresó una portavoz de la Conselleria d'Obres Públiques.

No sólo se tendrán que adaptar a esta nueva normativa los túneles de Can Sifre y Ca na Palleva. Estas mismas obras habrá que acometerlas en el túnel de Sant Rafel, donde todavía no se ha dado a conocer a cuánto ascenderá el presupuesto.

La autovía al aeropuerto costará 12 millones más debido a estos y otros imprevistos. Por ejemplo, sólo en roturas de tuberías y cables durante las obras costarán casi 1,8 millones de euros. Eso sí, se ahorrarán casi medio millón en la construcción del último tramo que está ahora a exposición pública.