Las empresas de autobuses discrecionales prevén acabar el año con una reducción importante de sus beneficios cuando no un cierre con pérdidas debido a la confluencia de los precios altos del combustible y la negociación de los nuevos convenios colectivos, lo que probablemente anulará las subidas aplicadas a los touroperadores en los contratos firmados a primero de año. Desde inicios de 2007 hasta ahora, la suma de los incrementos del gasóleo y las mejoras salariales pueden acabar suponiendo un incremento en los costes de más del 20 por ciento, explica Antonio Caballero, presidente de la Asociación de Autocares Discrecionales de Eivissa y Formentera.

«Ya hemos elevado las tarifas entre un ocho y un diez por ciento pero con estas cantidades no vamos a poder cubrir todo lo que se nos viene encima, tanto por los convenios nuevos que hay que negociar con los trabajadores, como con la subida de los combustibles que no parece que vayan a frenarse», comenta el también propietario de Ibiza Tours.

«Teniendo en cuenta la situación el año pasado y las previsiones para este, ya habíamos contado con aplicar subidas en los precios a nuestros clientes, pero viendo que el combustible no deja de subir y sin perspectivas de que la situación se corrija, seguramente nos quedaremos cortos y tendremos que empezar a asumir pérdidas», añadió.

«La situación del mercado es bastante difícil y los touroperadores tampoco están por la labor de que se les apliquen subidas mayores o nuevas revisiones si ya se les aplicó el alza a primeros de año», afirma Caballero.

El precio del gasóleo, que ha llegado a estar por encima del de la gasolina durante varias semanas, podría ser la puntilla para el sector dado el elevado peso que supone en los gastos de estas empresas. «Podemos estar hablando de que llenar los depósitos supone más del 20 por ciento de nuestros costes», señala.

El transporte discrecional de pasajeros, al contrario que las líneas de transporte público, no cuentan con un gasoil bonificado, una ayuda que reclaman de forma reiterada las diferentes asociaciones empresariales pero que no ha surtido efecto. «En ese sentido, somos los hermanos pobres», lamenta Caballero.

Los problemas coyunturales de 2008 se suman a los ya estructurales. «El turismo mantiene cada año una temporada más corta, lo que obliga a tener preparados un montón de vehículos y mucho personal para trabajar durante los meses fuertes. En el resto del año no cubres gastos y, en los de más actividad, si te descuidas tampoco», explica Caballero.

El uso de Internet es otro inconveniente. «Antes los turistas venían con paquetes que incluían autobuses. Ahora, la gente se organiza el viaje por Internet y se mueven con taxis o alquilan los coches, si es que no usan las líneas de autobuses regulares», concluye .