La exposición de Pinocho mostró al público diferentes marionetas y versiones del conocido libro de Collodi.

ormalmente venís a la biblioteca los viernes para escuchar cuentos, pero hoy celebramos un cumpleaños», explicaba el cuentacuentos Óscar Ferrer mientras una niña puntualizaba: «Sí, hoy es mi cumpleaños». La mamá de esta pequeña, por su parte, rectificaba esta apreciación entre risas: «Fue el otro día, pero aún lo está celebrando». Muchos niños en compañía de sus papás y mamás se acercaron ayer a la biblioteca de Can Ventosa para escuchar la sesión de cuentos de Óscar con motivo de la celebración del Día Internacional del Libro Infantil. Para esta cita tan especial, que conmemora el nacimiento del conocido escritor de este tipo de narraciones infantiles Hans Christian Andersen, Óscar eligió historias del libro Cuentos con corazón, de la Fundación Ayuda a niños con problemas de corazón. «Encima de una montaña muy alta había un castillo encantado que no tenía puertas para entrar. En este castillo vivía un mago muy viejo al que la gente del pueblo le tenía miedo». Con estas palabras, Óscar empezó la narración de la historia Un corazón valiente, de Fernando Schwartz.

En la sala infantil de esta biblioteca, los más pequeños también pudieron disfrutar con una divertida exposición de Pinocho con la que se recupera la figura del Personatge del mes, una iniciativa que rinde homenaje a los protagonistas de narraciones infantiles tradicionales, como Blancanieves o La Cenicienta. Asimismo también pudieron consultar cuentos de Andersen tan conocidos como El soldadito de plomo.

Sant Josep también celebró este día tan especial con una sesión de cuentos con marionetas del grupo La Caracola, mientras que Santa Eulària continuó con su programa de animación a la lectura con las sesión de cuentos de Encarna de las Heras en el colegio de Santa Gertrudis. «Soy cuentacuentos desde hace más de 15 años. Para mí Andersen es un autor muy poético, pero no es uno de mis autores favoritos para contar a los niños porque es muy duro. A los pequeños hay que hablarles de la muerte, de las separaciones o de la pobreza, pero con otro tipo de lenguaje. Por eso pienso que en ocasiones Andersen es más para adultos que para niños», afirmó Encarna de las Heras, quien asegura que uno de sus autores preferidos para contar a los niños es Roal Dahl: «Es muy divertido y loco; también tuvo una vida difícil». En este sentido, la adaptación del lenguaje es fundamental para fomentar la lectura entre los más pequeños: «Les introducimos cuando tienen dos o tres añitos con libros muy visuales, de imágenes grandes y frases que las acompañen. También hay muchos libros con texturas, por ejemplo», explicó Javier Escudero, maestro de Educación Infantil del colegio de Santa Eulària. Así, los libros con desplegables o solapas se convierten en imprescindibles en bibliotecas y colegios.

María José Real

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