Los actores infantiles, en un momento de la representación teatral del cuento 'Salvem la terra' que se estrenó ayer en Sant Josep.

La sala de plenos del ayuntamiento de Sant Josep cambió ayer los políticos y sus discursos por niños convertidos en actores y sustituyó el orden del día de las reuniones por el guión y el decorado teatral. El teatro estaba lleno, con público de todas las edades, para ver la representación teatral de Salvem la terra, dirigida y escrita por Silverio, técnico de juventud del Ayuntamiento, aunque conocido popularmente como Guisante. Aunque estuvo interpretado por niños de los grupos teatrales de Sant Jordi y Sant Josep, el director asegura ser una obra teatral dirigido a público de todas las edades.

Para hacer este singular cuento, él ha grabado una voz en off acompañada con música y efectos sonoros. Los 15 niños que participan van interpretando lo que esta voz narradora va explicando, cmo si fuera un cuentacuento. Un relato sencillo, de unos 15 minutos, como explica el propio director: «Lo que quiero contar debe ser rápido, que sea un impacto. Tras la obra el espectador debe pensar en la cantidad de cosas que han ocurrido».

Se trata de un cuento con una peculiaridad, según su creador: «son cuentos activos, ya que no son contados sin más, como un cuentacuentos al uso, sino que los niños los expresan y los interpretan a la vez que lo escuchan». Para Silverio esto es muy importante, ya que con la expresión corporal los niños asimilan mejor la historia y no son sólo parte pasiva sino que pasan a ser parte activa.

La obra muestra en un principio una tierra que vive alegremente. A medida que los enfrentamientos bélicos, la contaminación, las diferencias y las miserias humanas afloran, la Tierra comienza a enfermar hasta caer desmayada. Esta brutal enfermedad salta a los periódicos y es allí donde el Hombre Gordo conoce la terrible enfermedad de la Tierra. Este personaje es su alter ego, como explica Guisante: «Él sería lo paralelo a la tierra, como si fuera su doble, su hermano gemelo». Él, mientras lee el diario sentado en el parque ve todo lo que le ocurre a la Tierra, y reacciona motivando a todos a recuperar al malherido planeta. Es un cuento optimista y cuya moraleja invita a la ación ecológica para conseguir salvar la tierra. lNatalia Salazar