GERMÀ VENTAYOL Empate. Socialistas y conservadores reeditarán los mismos resultados que hace cuatro años en las próximas elecciones generales del 9 de marzo, cuatro diputados para cada una de las fuerzas mayoritarias. Éste es el resultado que arroja la encuesta electoral en exclusiva para Ultima Hora que ha elaborado el Instituto de Estudios Baleares Sociales Avanzados (IBES). Sin embargo, la campaña electoral que acaba de iniciarse puede acabar modificando esta previsión, toda vez que dos formaciones políticas, Unitat y Esquerra Unida-Els Verds, están a escasos 6 puntos de poder obtener un escaño en el Congreso por la circunscripción de Balears, plaza que, en este supuesto, arrebatarían al PSOE. De todos modos, una de las claves más importantes de las próximas elecciones estriba en los índices de participación, ya que las estimaciones de IBES con una participación inferior al 62 por ciento (baja) dejaría al PP seis puntos por delante del PSOE mientras que si la participación es alta (más de un 70%) estas diferencias se reducen a dos puntos. La opción del llamado 'voto útil´ -de apoyo a las grandes formaciones políticas de ámbito estatal- se plantea, con claridad, entre los votantes de la coalición nacionalista que lidera Pere Sampol (Unitat) y de Esquerra Unida-Els Verds, al frente de la cual figura Marisol Ramírez. Ambos grupos tienen en torno a trece mil votantes que se muestran indecisos sobre qué papeleta depositar en la urna, en este caso la que representa sus simpatías o, por el contrario, en apoyo del PSOE y, en menor medida, del Partido Popular. Éste es uno de los puntos que, con toda probabilidad marcará el desarrollo de la campaña electoral en Balears durante las dos próximas semanas, ya que la ruptura del bipartidismo está más cerca que en otras ocasiones. Por el contrario, los votantes de los partidos estatales, Partido Socialista y Partido Popular, son los que mantienen la máxima fidelidad entre su electorado, aunque entre los conservadores hay casi nueve mil votantes indecisos o contemplan decantarse en favor de otro partido, tres mil quinientos más que entre los socialistas. Con todo, el sondeo demoscópico de IBES reitera que el Partido Popular sale con una clara ventaja sobre el PSOE en Balears, toda vez que 195.000 electores están dispuestos a darle el voto frente a los 164.520 que confiesan que votarán al PSOE. Llama la atención que dentro del segmento de votantes socialistas todavía hay una importantísima bolsa (79.800 simpatizantes) que dudan entre el voto al PSOE o, por el contrario, no acudir a votar el 9 de marzo. El sondeo de IBES explica la nueva orientación que la campaña socialista tomará a partir de la próxima semana, destinada a incrementar la tensión entre su electorado para evitar esta eventual fuga de votos que detecta la encuesta. Entre enero y febrero, los porcentajes de apoyo electoral de las cuatro principales opciones políticas que concurren a las elecciones generales apenas han sufrido modificaciones significativas. Los cambios más notables se detectan en la comparación con las elecciones del 2004. En esta legislatura el PP apenas ha perdido posiciones, los cambios porcentuales son imperceptibles, mientras que el PSOE ha ido ganando terreno del 39,5% de hace cuatro años hasta un máximo del 42 por ciento con una hipótesis de alta participación. En cambio, el 12% que acumuló el Bloc en el 2004 -que ahora casi con total probabilidad le permitiría acceder a un escaño en el Congreso- se ha fracturado en dos mitades, las que se refugian en torno a Unitat, con Pere Sampol al frente, y Esquerra Unida-Els Verds, con Marisol Ramírez como cabeza de lista. Todo indica, por tanto, que los índices de participación pueden acabar siendo decisivos respecto al resultado final de las elecciones generales en Balears. Una alta participación beneficiaría claramente las opciones del PSOE y alejaría las posibilidades de perder un escaño en favor de otras opciones, además de acortar las distancias con sus adversarios directos, el Partido Popular. Las próximas semanas decidirán si se mantiene el 4-4 actual, se rompe el bipartidismo con un 4-3-1 o se recupera un casi imposible 5-3 de hace ocho años.