El rey Melchor fue el primero en llegar a la carpa tras una animadísima cabalgata en la que no faltaron animaciones.

El puerto deportivo del pueblo se convirtió ayer en un hervidero de personas que esperaban expectantes la llegada de los Reyes Magos de Oriente, quienes tras desembarcar en Sa Punta subieron a sus respectivas carrozas para comenzar el paseo por las calles más céntricas de la localidad. Cerca de las 18'30 horas todo parecía indicar que arrancaba la cabalgata, pero la carroza de Melchor no acabó de iluminarse, por lo que el comienzo de la marcha se retrasó casi media hora. Pero no importó, pues la gente se agolpaba en las aceras para saludar a los Reyes y pedirles, entre otras muchas cosas, muchos caramelos. «¡Aquí, aquí tíranos caramelos, Gaspar!», gritaba una mujer mientras alargaba las manos para intentar cazar algunos de los ansiados dulces. Muchos de los vecinos del pueblo aprovecharon para retratar a familiares y amigos que formaban parte de las carrozas vestidos de pajes. «¿Has visto a Virginia? Iba en la segunda carroza», comentaba una vecina a una amiga. Tras más de media hora de recorrido, los Reyes Magos llegaron a la carpa de festejos, lugar donde repartieron los regalos de muchos pequeños de la localidad.

María José Real