Un informe encargado por el Consell revela que la plaga de la polilla del tomate (Tuta absoluta) ya estaba establecida en toda Eivissa cuando fue detectada por primera vez y alerta de que una vez introducida, es posible que «continúe redistribuyéndose» a través de la venta de este tipo de hortalizas de baja calidad infectadas.

Desde la máxima institución insular consideran que la dispersión de la plaga se debió a la entrada de plantas de vivero y tomates de consumo desde la península. Además, se advierte de que las importaciones de plantas de vivero, procedentes de «zonas infestadas de la península», son un peligro de reintroducción y «deben ser vigiladas estrechamente».

También hay datos positivos, porque la Tuta absoluta ha disminuido su población respecto al número inicial detectado en septiembre. De hecho, han desaparecido los dos focos existentes entonces y a medidados de diciembre sólo quedaban dos puntos de infección. El problema es que la Tuta absoluta se puede ir incrementando «paulatinamente» a lo largo del año, gracias a las continuas generaciones hermanas y la falta de enemigos naturales. Además, se ha demostrado que las temperaturas comprendidas entre cero y -1 grados no afectan la supervivencia de estas orugas, a pesar de que es un insecto tropical y subtropical.

El Consell considera que lo mejor es priorizar la lucha contra estas polillas en invierno, cuando no hay cultivos, para evitar el incremento de las poblaciones. Cuando se encuentra un foco de tuta absoluta se deben triturar o quemar las plantas y frutos en mal estado. El trampeo masivo es una técnica «que debe estar presente» y, según este informe, se aconseja arbitrar medidas para evitar nuevas entradas de polilla en la isla.

También se recomienda a los agricultores mantener limpios los cultivos de todo tipo de residuos y eliminar todos los restos, destruyéndolos inmediatamente. La consellera responsable de agricultura, Marga Torres, aseguró que el Consell seguirá luchando contra esta plaga siguiendo siempre el consejo de los expertos.