La Conselleria de Medi Ambient destinará a partir de 2008 un segundo policía de aguas a las Pitiüses para poder vigilar la apertura de pozos ilegales. Según explicó el director general de Recursos Hídrics, Isidre Canyelles, «nunca» hay todo el personal que quisieran para poder controlar las actuaciones irregulares, aunque recuerda que aparte de doblar sus propios efectivos, también el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil vigila las perforaciones.

Sin embargo, empresarios del sector comunicaron a este periódico en los últimos días que se realizan muchos más sondeos de los permitidos, llegando a duplicarse las cifras actuales. «No tenemos constancia de esta queja, aunque visto esto intensificaremos la vigilancia», afirmó Canyelles, que indicó que hacer un pozo ilegal conlleva sanciones de entre 6.000 y 30.000 euros. Además, el infractor debe correr con los gastos de hormigonar y tapar el pozo.

«Intentaremos hablar también con el Seprona para ver si hay una especial proliferación de perforaciones ilegales, porque aunque no lo hayamos detectado, no quiere decir que el problema no exista», añadió este responsable de Medi Ambient, que indicó que actualmente se ponen media docena de multas anuales. «La verdad es que no hay un exceso de sanciones, no hemos visto en los últimos años una especial proliferación».

Canyelles defiende la importancia de pedir permisos para abrir pozos, porque las sanciones son muy importantes y, sin embargo, pedir licencia para perforar no es demasiado complicado. «Actuamos con mucha celeridad y las autorizaciones para pequeños pozos para abastecer casas se tramitan en dos meses», indicó el director general.

De todas formas, asegura que suelen estar en contacto con las asociaciones de sondistas para pedirles colaboración y les insisten para que «denuncien» si hay empresarios que no piden los permisos.

En Eivissa se han perforado en los últimos años 553 pozos, un dato muy superior al de Menorca, donde sólo alcanzan los 111. Algo que, según Canyelles es lógico si se piensa que en las Pitiüses la forma de vida es mucho más dispersa en el campo. «De todas formas se autorizan cantidades de agua bajas, de unos 200 metros cúbicos al año, para el consumo de una familia».