José Luis González Martín lleva quince años en la Cruz Roja, un entidad a la que se sumó de pequeño. «Empecé con la banda de cornetas y tambores y después se me dio la oportunidad de trabajar con la ambulancia, que era lo que más me gustaba». Ahora es su forma de vida y la combina con el voluntariado de teleasistencia, un servicio mediante el cual permanece de guardia ya sea de día o de noche para asistir en cualquier emergencia a las personas mayores que le necesitan. «Ahora mismo estoy 24 horas, porque cuando suena el teléfono de teleasistencia tengo que salir corriendo. Da igual si comiendo o durmiendo, tengo que dejarlo todo porque mi servicio es de socorro y emergencias»», destacó José Luis, que siempre ha combinado todos sus trabajos con el voluntariado en Cruz Roja. «En la actualidad estoy contratado en este servicio, pero antes llevaba ambulancias para empresas privadas y hacía lo mismo: salía de mi trabajo y venía aquí a las 20'00 horas para quedarme hasta la 1 o las 2 de la madrugada».

«¿Lo que me aporta? Bueno, esto para mí es muy grande. Es donde me he criado y gracias a Cruz Roja nunca me he juntado con ninguna pandilla ni he caído en sitios malos. Y después está la gente, es muy gratificante cómo te agradecen cuando les ayudas», comenta Jose Luis, que en su voluntariado llega a vivir «situaciones verdaderamente extremas». Y, aunque asegura que a lo largo de su vida laboral ya ha pasado «por todos los servicios de Cruz Roja», incluso por el antiguo grupo de rescates, espera que esta labor voluntaria que desarrolla y combina con trabajo continúe «por muchos años más». R.D.