Los propietarios de licencias de taxi se levantaron ayer de la mesa de negociación que aglutina a las asociaciones, al Consell y a los ayuntamientos para poner en marcha 150 licencias temporales el verano que viene. Los autónomos dieron por rotas las conversaciones con la Administración porque no quieren que la mitad de estos permisos puedan recaer en los taxistas asalariados, porque consideran que puede ser «un caos». El conseller de Mobilitat, Albert Prats, consideró «inadmisible» esta actitud y anunció que el Consell y los ayuntamientos continuarán insistiendo en su propuesta de ofrecer 75 licencias a los trabajadores, porque «tienen sus derechos» y hay algunos «que llevan muchos años conduciendo un taxi». «En un mundo democrático todos deben tener una igualdad de oportunidades y no se tendrían que coartar estos derechos», insistió Prats, que recordó que los empresarios no quieren que se dé ni una sola licencia a los trabajadores.
Según argumenta el portavoz de la asociación de taxistas de Vila, José Serafín, son los dueños de los vehículos los que mejor pueden controlar la calidad del servicio y por eso deben hacerse con todos los permisos. «Si les dan un 50% de licencias a los asalariados perderemos ese control y hay que tener en cuenta que el asalariado que consiga una licencia estacional para trabajar dos o tres meses irá a trabajar a saco para sacar todo el dinero que pueda y no dará un servicio porque sólo cogerá los viajes buenos», criticó Serafín, que aseguró que a partir de ahora se niegan a negociar y a volver a reuniones con el Consell y los ayuntamientos mientras se mantenga esta decisión de dar la mitad de licencias a asalariados. El representante de los taxistas de Vila insiste en que en los últimos años han apostado por las licencias temporales e incluso compraron 19 vehículos nuevos para dar calidad al servicio. «Si les dan todas las licencias a los asalariados a final de la temporada me sentaré y me reiré porque será un caos; ellos preferirán llevar a un turista a ses Salines y no a alguien a Can Misses y ahora somos los propietarios los que controlamos que se dé un servicio», añadió.
En sentido similar se expresó Joan Marí de la Unió del Taxi, quien aseguró que ni Consell ni ayuntamientos conocen la normativa. «Nos veremos en los tribunales», amenazó Marí, que cree que el Consell no debería meterse en asuntos de taxi, porque son los ayuntamientos los que dan las licencias. «Hay mucha ignorancia por parte de los políticos», concluyó.
El conseller Albert Prats explicó que cada colectivo podrá optar a 75 licencias estacionales. «Quizás al final sólo tengamos 15 peticiones de asalariados, por lo que el porcentaje para empresarios aumentaría», dijo Prats, que asegura que desde el Consell no se obliga a los asalariados a asumir un riesgo (porque podrían perder su trabajo fijo) sino que simplemente se les da esa oportunidad. «Cada uno decidirá si se arriesga o no».
El conseller anunció que volverán a convocar a los empresarios del taxi y aunque persistan en su actitud «poco dialogante» continuarán adelante porque este texto se debe aprobar con la ley de acompañamiento de los presupuestos. También recordó que el Consell siempre ha estado al lado del sector cuando sus propuestas han sido «coherentes». «Quien abandona una negociación pierde la posibilidad de defenderse; esperemos que se lo repiensen», añadió Prats, que destacó que por primera vez se está llevando a cabo una política consensuada en materia de taxis entre Consell y ayuntamientos. «Este trabajo del Consell es de tutelaje y lo piden los ayuntamientos».
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