Estoy muy ilusionado, porque es la primera vez que voy a una clase de guitarra flamenca; siempre me ha gustado, pero nunca he aprendido bien», cuenta Toni, un chico de Eivissa que ayer por la tarde esperaba en Can Ventosa la llegada de su profesor de guitarra, Marcial Rodríguez. Cerca de las 19'00 horas Marcial llegaba con paso apresurado a la clase donde se desarrolla un nuevo curso de guitarra y cajón flamenco. «Hemos dividido la clase en dos niveles, los iniciados y los que ya tienen conocimientos de guitarra», aseguró el profesor. Y añade: «Tengo gente que viene desde hace tres años a los cursos y ya tocan perfectamente bulerías, soleás y rumbas». Poco a poco, los alumnos fueron ocupando su sitio alrededor del profesor, quien con una voz calmada a la par que apasionada explicaba cómo tenían que colocar las manos en la guitarra: «Una mano se encarga de los acordes mientras que con la otra se consigue el ritmo». Los acordes que más se usan en el flamenco, según Marcial, son cuatro: «La cadencia flamenca está compuesta básicamente por las notas la, sol, fa, mi. A partir de ellas creamos los diferentes ritmos». Una vez que los alumnos ya controlan un poco el ritmo y la técnica dan un paso más y se atreven a tocar una canción: «La más adecuada por ser de acordes sencillos y a la vez muy bonita es Noches de bohemia, de Navajita Plateá». Los alumnos del curso avanzado van más allá: «Les suelo poner alguna rumbita rápida de Camarón».

El flamenco, según Marcial, cuenta con muy buena aceptación entre la sociedad de la isla: «Hay mucha demanda de festivales, cursos y locales de ocio donde se oiga flamenco».

María José Real