La púrpura era un un tinte de mucho prestigio en la época romana, un signo distintivo para las familias. Es por este motivo que su fabricación adquirió gran importancia durante los primeros siglos de nuestra era y precisamente Eivissa fue uno de los escenarios de producción. La Universidad de Valencia y el Consell colaboran ya desde hace años en un proyecto de investigación para averiguar más datos sobre la elaboración de esta sustancia, que se extraía de las conchas marinas. Según explica Joan Ramon, técnico de arqueología del Consell, en la costa de Eivissa se detectó una gran presencia de conchas rotas y que correspondían a las especies con las que se fabricaba la púrpura. «No se sabía realmente de qué época databan, igual que no se sabían muchos detalles de cómo funcionaba», explica Ramon, que añade que, paralelamente había noticia de un texto de finales de época romana que habla de un procurador de la púrpura de Balears. «Se pensó que ni en Mallorca ni en Menorca había indicios de fabricación y por eso se consideró que quizás se referían a las Pitiüses». Fue en 2001 cuando comenzó a estudiarse la fabricación de púrpura en Eivissa, sobre todo a partir de las conchas encontradas en el Canal d'en Martí, en Pou des Lleó. Este año cuando se acabe el trabajo de campo se habrá terminado una primera fase «muy importante» y se podrá hacer una memoria definitiva.

Tras los trabajos en Pou des Lleó se pudieron obtener datos cronológicos, datándose en la época imperial romana. A partir de 2005 se diversificó el proyecto y se hicieron prospecciones en la costa para localizar otros lugares de fabricación de púrpura. Uno de ellos está en la zona de Cala Olivera en el municipio de Santa Eulària y este año se hará una intervención en la Xanga, al lado de la torre de la Sal Rossa.