El sector de rent a cars de Balears se ha recuperado de los malos resultados obtenidos en los últimos cuatro años, tras haber incrementado su volumen de negocio esta temporada turística un 20 por ciento, debido en gran parte al control que está ejerciendo la administración para atajar el «intrusismo» que representaba la oferta de empresas de coches de alquiler que no disponían de la licencia de actividad para sacar al mercado los vehículos.

Así lo explicó el presidente de Asociación de Vehículos sin Conductor de Balears (AEVAB), Ramón Reus, quien apuntó que durante la temporada estival ha habido unos 6.000 coches de alquiler menos que el pasado año en las carreteras de las Islas, lo que ha permitido que las empresas del archipiélago estén obteniendo unos «buenos resultados» en comparación con el ejercicio anterior.

Esta mayor regulación que pesa sobre el sector se ha traducido en un aumento de la actividad especialmente en los meses de temporada alta. Así, agosto ha sido un mes excepcional, en el que se ha alquilado el cien por cien de vehículos de la flota del archipiélago, unos 55.000 coches, de los que cerca de 40.000 están asociados en AEVAB.

No obstante, Menorca está siendo la excepción, puesto que las empresas de rent a cars de la Isla confirman este verano la tendencia a la baja que arrastran en las últimas temporadas, puesto que según apuntó la presidenta de la Asociación menorquina, Joana Capó, la facturación ha sido «muy floja» más allá de los meses de julio y agosto.

Pese a ello, Reus insistió en que la cuenta de resultados de los negocios de las Islas dependerá en buena parte de las ventas de septiembre y octubre, meses en los que espera que las reservas de vehículos sin conductor alcancen el 80 por ciento.

El presidente de la asociación se mostró preocupado por la incidencia que tiene el aumento de establecimientos hoteleros que ofertan la modalidad del 'todo incluido', que hace que los turistas que vienen no utilicen ningún otro servicio complementario durante su estancia en la Isla. Además, también reslató el perjuicio que supone la presencia de las grandes multinacionales en aeropuertos y zonas turísticas que ofrecen vehículos a «muy bajo precio» mientras que los pequeños empresarios no pueden competir con ellos.