C. R. Los 28'8 litros por metro cuadrado que cayeron ayer de madrugada provocaron un auténtico caos de tráfico entre Eivissa y el aeropuerto durante toda la mañana. La inundación de los enlaces del Hipódromo de Sant Jordi y de Can Fonoll obligó a cerrar la autovía desde poco después de las 6'00 hasta las 14'30 horas en un tramo de 1'3 kilómetros. Durante esas casi ocho horas los vehículos fueron desviados por Sant Jordi mientras efectivos de los Bomberos trabajaron achicando agua en una de las mayores inundaciones de esta vía, que ya había registrado problemas en ocasiones anteriores a causa del agua. Varios coches quedaron atrapados, aunque no se produjeron daños personales.

Según explicaron desde la Conselleria d'Obres Públiques del Govern, el problema se originó al inundarse el enlace de Can Fonoll y producirse un pequeño deslizamiento de tierras en el de ses Salines, que taponó el drenaje de la vía, lo que obligó ayer a retirar los lodos acumulados. «La carretera no está acabada y los drenajes y las bombas de extracción de agua son provisionales», explicó una portavoz de la Conselleria, que asegura que la empresa concesionaria no esperaba que lloviera tan fuerte, por lo que las bombas «no han dado abasto». En el proyecto está previsto que las bombas definitivas sean «más potentes» y desde el Govern aseguraron que cuando esté todo acabado «no ocurrirá esto». «Es una situación que se ha debido a circunstancias muy concretas», añadieron desde la Conselleria, donde aseguran que la forma en la que se finalizará la carretera está todavía en el aire.

Mientras tanto, el conseller insular de Mobilitat, Albert Prats, aseguró a Radio Ibiza que con este nuevo incidente se ha comprobado que hay problemas de diseño en la vía. Además, resaltó que si la obra se hubiese hecho en superficie y no en trinchera, no habría habido estas dificultades. Prats instó también al Govern para advertir a la empresa concesionaria para que no haya más problemas.