La Policía Local de Eivissa cuenta en sus dependencias con una oficina de objetos perdidos que durante estos meses se inunda de documentaciones de todas las nacionalidades, mochilas u otros objetos curiosos que olvidan o son sustraídos a los turistas. «El número de objetos perdidos se quintuplica en verano. El año pasado hubo robos, pero en este hay un abismo», especificó Joaquín, policía encargado de los objetos perdidos y aprehensiones en la Policía Local de Eivissa. En este sentido, ya se han enviado alrededor de 800 documentaciones, carteras y monederos con acuse de recibo, que se envían directamente a los domicilios o bien la oficina de troballes de la Policía de cada municipio. Unos objetos de los que, según asegura Joaquín, un 98% vuelve a las manos de sus propietarios, pero si en el plazo de dos años no se encuentra a éste, el objeto en cuestión se entrega a «quién lo encontró». No obstante, para aquellas documentaciones extranjeras, en su mayoría italianas y británicas, el sistema a seguir es diferente. Estas permanecen un periodo en los consulados de la isla y luego pasan al de Barcelona o, en caso de no tenerlo, se envían directamente a las embajadas. Sin embargo, no todo son documentaciones, pues a estas oficinas llegan otros objetos más curiosos como sillas de ruedas, audífonos o, incluso, dentaduras postizas. En el caso de encontrarse armas el procedimiento es diverso: «Si hay un acta de aprehensión, ésta se pone inmediatamente a disposición judicial», precisó el policía que alertó de que pese a que los hurtos son producidos en su mayoría «por despistes», se debe extremar la precaución en zonas turísticas como esta ante mochilas y móviles», y añade: «Siempre aumenta la precaución, sobre todo, tras las últimas amenazas terroristas. De hecho, en España se conocen casos de móviles o mochilas trampa que al cogerlo o intentar manipularlo pueden explosionar», comentó, algo que afortunadamente nunca ha ocurrido en Eivissa. I. L.