AGENCIAS La organización de investigación y defensa del mar Oceana propone, en un estudio realizado con la Fundació La Caixa, la protección de 5.000 kilómetros cuadrados de áreas marinas de Balears frente a los aproximadamente 350 kilómetros cuadrados con los que cuenta en la actualidad.

La entidad conservacionista y la Fundació La Caixa presentaron ayer en Palma un estudio sobre los fondos marinos y los peligros que sufren.
Según Xavier Pastor, director ejecutivo de Oceana en Europa, «muchos fondos de zonas profundas son muy desconocidos y están desapareciendo a un ritmo vertiginoso».

Balears, señaló, cuenta con concentraciones espectaculares de esponjas, escarpes y cañones submarinos de más de 2.000 metros de profundidad, además de con volcanes de fango o campos de esponjas arborescentes. Los resultados de este trabajo podrían servir de base para presentar un plan de protección de los fondos marinos de las Balears.

La propuesta de Oceana es que el Gobierno balear «asuma el liderazgo» en el cumplimiento de los compromisos internacionales del convenio de Biodiversidad de Naciones Unidas y que establezca nuevas áreas marinas protegidas hasta alcanzar, al menos, un 10 por ciento de su superficie marina.

Pese a que todos los gobiernos del mundo se han comprometido a proteger, como mínimo, un 10 por ciento de sus principales ecosistemas, ningún país ha cumplido aún este acuerdo, que deberá estar finalizado para el año 2010, señaló Pastor.

Balears ya tiene una docena de áreas marinas protegidas, entre las que destacan el Parque Nacional Marítimo Terrestre de Cabrera o las reservas marinas de Migjorn de Mallorca, es Freus de Eivissa, Formentera, Illes Malgrats, El Toro o Nord Menorca, entre otras.

A pesar de ello, lamentó Pastor, «sólo el 0'75 por ciento de la superficie marina del archipiélago goza de algún tipo de protección».
Algunos de los lugares que Oceana presenta como potenciales zonas de protección son las montañas submarinas del Canal de Mallorca, las aguas profundas de sa Punta de sa Creu en la Mola de Formentera o el cañón de Menorca.

Entre las recomendaciones que incluye el informe para poder proteger la riqueza de estos ecosistemas submarinos se encuentran la eliminación del arrastre sobre hábitats vulnerables y esenciales, la ordenación y gestión del fondeo de embarcaciones, «frenar» la destrucción litoral y acabar con la contaminación marina.