Estas clases para bebés no son para que aprendan a nadar. Este primer contacto sirve para familiarizar a los pequeños con el agua y el objetivo principal es que pierdan el miedo al agua». Andrés, monitor de la piscina municipal quiere dejar esto claro y comenta que hay padres que han repetido este año: «Aunque el curso sea exactamente igual que el del año pasado, muchos de ellos repiten porque se lo pasan muy bien en la piscina con sus hijos».

L.T.

Los niños siempre se sumergen acompañados de un adulto. Es obligatorio, dada la cortísima edad de los niños y niñas. Éste será su primer contacto con el agua. Para coger confianza, se prepara a los bebés en seco, con cubos, palas y pelotas con los que juegan, después viene el chapuzón.

Arancha, otra de las monitoras tiene una perspectiva distinta: «En realidad son los padres, los adultos acompañantes, los que tienen que aprender a manejar al bebé en el agua».

La función de los acompañantes es motivar a sus hijos para que progresivamente vayan cogiendo más confianza y no se sientan inseguros dentro del agua. «El bebé no va a nadar una vez finalice el curso, pero su coordinación mejorará y se sentirá más motivado para seguir aprendiendo dentro del agua».