Los casos atendidos en el servicio de Urgencias de Can Misses se han disparado.

CONCHA ALCÀNTARA
Los médicos de Urgencias atienden una media al día de 170 urgencias, 40 más que la media registrada hasta finales del año pasado, según los datos ofrecidos por el gerente del Àrea de Salud, Ignacio Martínez, que expresó su preocupación por este aumento de las urgencias hospitalarias. La situación empeoró a partir de finales del año pasado y se mantiene así hasta ahora.

Los profesionales del servicio de urgencias consultados aseguran que la situación no es ninguna novedad. «Cualquier problema que hay en los otros niveles, tanto en primaria como especialistas, repercute en el área de Urgencias. Los pacientes cuando tienen problemas en los otros niveles acaban utilizando este servicio para acceder al sistema sanitario», explica la médica adjunta del servicio, María Àngeles Leciñena.

No sólo ha aumentado las urgencias sino también la complejidad de los casos atendidos lo que hace que necesiten más tiempo de atención y pruebas diagnósticas. Otro problema que apuntan es que no se han adecuado los recursos de atención primaria al crecimiento de tarjetas a lo que hay que sumar el problema de falta de camas. «Las esperas que se producen en Urgencias son porque no tenemos sitio y también por falta de profesionales. La plantilla no es que no esté dimensionada adecuadamente sino que tenemos plazas sin cubrir», apunta. Un caso es el de médico de Urgencias, Paco Muela, liberado por el sindicato UGT, cuya plaza no se ha cubierto.

Este año, por primera vez, ha habido camillas en los pasillos de Urgencias aunque el problema no es de ahora sino ya hace dos años empezaron con los problemas aunque ha sido en el primer trimestre del año cuando la situación fue mucho más preocupante. «Vivimos en un caos en cuanto a capacidad. Cada vez hay más reingresos y se han tenido que enviar pacientes fuera. Las órdenes de Gerencia eran que cuando hubiera cuatro pacientes ingresados en el área de Urgencias y no había camas, empezar a derivar. Tenemos nuestros propios problemas más todos los derivados de la falta de organización y dotación», apostilla.