Jovencísimo rock

El público, de aplastante mayoría británica, calentó motores con la banda londinense The Rumble Strips, cuyos integrantes inauguraron el escenario del bar con puntualidad típicamente inglesa y con un estilo de rock'n'roll de los años 50 y 60 con corazón de guitarra y percusión, y alma de trompeta y saxo.

Después vinieron los rabiosos ritmos de los cuatro adolescentes de Dundee (Escocia), que por segunda vez tocan en Sant Antoni y que el año pasado se convirtieron en la nueva sensación tras haber arrasado en las listas de ventas británicas con su álbum debut Hats off to the buskers (Quitarse el sombrero ante los músicos callejeros).

Un trabajo al que le sacaron provecho durante más de una hora de concierto, poniendo por momentos en jaque a la seguridad del bar. Y no era para menos, como en un concierto punky de los grandes, los fans bailaron a empujones, se transportaron pasando entre las manos del público y por encima de sus cabezas, pero no alcanzaron la gran meta en estos casos que suele ser tirarse en plancha sobre la gente desde el escenario. Porque allí estaban alrededor de siete miembros de seguridad que lograron calmar la situación provocada por la rabiosa música de estos cuatro jóvenes, cuya edad media no supera los 18 años. Dos guitarras, un bajo y una batería. Voces agudas y mucha frescura. El talento de Kyle, Keiren, Peter y Steve inundó el escenario de Ibiza Rocks con un directo que fue aumentando la temperatura del ambiente hasta hacer estallar en aplausos a un público muy entregado. Una fiesta de los nuevos talentos de la música británica, que con esta tercera edición se consolida como un ciclo de conciertos en vivo que funciona con proyección internacional desde Eivissa. Y que lo hace apostando por la cantera del rock, bandas que regresan año tras año con éxitos reconocidos, arrasando en las listas de ventas y discos de platino. Nada le faltó a esta noche inaugural donde el idioma y el lenguaje universal se dieron la mano para lograr una puesta en escena de vanguardia. L.A.