Con la llegada de la temporada estival miles de personas de muy diversas lenguas escogen las Pitiüses como destino para sus vacaciones, embarcándose en una aventura que les adentra en una isla camaleónica de relieve montañoso que alberga entre su oferta los más diversos contrastes. En este sentido, los kioscos y oficinas de información de la isla reciben durante estos días a muchos turistas ansiosos de impregnarse de la cultura, tradición, arte y vida nocturna de Eivissa. «Estamos recibiendo diariamente a unas 300 personas pero a partir de julio la cifra suele sobrepasar las 500», explicó Rita Hunziker, funcionaria de la oficina Oiteport de La Marina, quien destacó el «importante cambio en el tipo de turismo» que ha sufrido Eivissa en los dos últimos años, un dato que refleja el Institut d'Estratègia Turística en el mes de abril, periodo en el que visitaron las Pitiüses 59.895 personas de las que 38.000 eran españoles. «El turismo español crece cada año más. Sobre todo, vienen para pasar el fin de semana o, incluso, un sólo día desde Dénia, Valencia o Mallorca, por lo que buscan un programa muy concreto en el que siempre incluimos un recorrido por Dalt Vila», precisó. En él pueden observar las murallas renacentistas, la catedral o los cañones que vigilan la ciudad desde el Baluard de Santa Llúcia y que acogen a sus pies estrechas vías medievales llenas de restaurantes que cobran vida al atardecer, gracias a los cientos de clientes que sacian sus apetitos y cogen fuerza para una noche que, en la mayoría de los casos, suele confundirse con el día, ya que Eivissa debe gran parte de su fama a su intensa actividad nocturna y musical. No obstante, entre las ofertas más novedosas para este año aparecen las rutas cicloturísticas que recorren la isla de norte a sur. «Se trata de de caminos circulares que finalizan en el punto de origen recorriendo puntos de interés patrimonial como las iglesias, molinos o cuevas», precisó el técnico de promoción turística del Consell Insular Vicente Torres.

Otra de las apuestas más firmes para el presente año es el fomento de la gastronomía típica de la isla. Para ello se han puesto a disposición del turista unas curiosas fichas culinarias con direcciones de restaurantes y recetas de la cocina tradicional pitiusa como esofrit pagès, earrós de matances, la frita de freixura y sabrosa confitería como la greixonera o las orelletes, sin olvidar los caldos más típicos como las hierbas ibicencas o los intensos vinos de la tierra realizados a base de variedades autóctonas.

Irene Luján