JOSÉ LUIS MONTOYA
El pleno extrordinario de ayer en Sant Josep, el último que presidía José Serra Escandell, no estuvo exento de polémica. El motivo: la aprobación de asuntos de calado que a partir del próximo fin de semana podrían quedar en agua de borrajas si el nuevo equipo de gobierno de PSOE-Eivissa pel Canvi decide desandar lo andado ayer. De nada sirvió que el grupo de la oposición pidiera que esos acuerdos quedaran sobre la mesa ante la negación del PP, que argumentó razones de tempo en uno de los casos, y de «sanemiento» en otro.

Dos modificaciones del presupuesto para aprovechar el remanente y para utilizar las partidas consignadas a varios proyectos como pago de numerosas facturas fueron el origen de la principal polémica del pleno de ayer. Y es que el equipo de gobierno planteó el pago de facturas de años anteriores (algunas de 2003 y 2004) a cargo del remanente o recurriendo a partidas de proyectos cuyo futuro desarrollo queda, de momento, en el aire.

El Pacte Progressista mostró sus dudas sobre la repentina aparición de facturas «que no han sido convenientemente informadas y que sólo cuentan con el aval de la firma de un concejal» y criticó la «mala gestión» del Consistorio.