En 1994, todo lo que tenía que ver con la creatividad estaba cambiando de lenguaje. Los ordenadores, el software, en definitiva, la tecnología, estaba revolucionando la música y el mundo de la imagen, creando una forma de comunicación y entretenimiento global que golpeaba con fuerza las puertas del nuevo milenio para dar paso a otras formas de expresión, a desconocidos modos de llegar a la gente, y con todo ello, a héroes de masas que hasta entonces habían pasado desapercibidos. Con el ojo puesto en este cambio estaba también Josep Pascual, en aquella época, un coleccionista de arte que comenzaba a investigar el movimiento, en vistas a una propuesta de televisión digital (por aquellos días, casi futurista). El proyecto se llamaba Adrenaline Bands Network, y por él, iba transmitir junto a Lenny Ibizarre sesiones de las discotecas más vanguardistas a todo el mundo. «Era una propuesta del señor Emilio Azcárraga, dueño de Televisa, pero por desgracia muere, y en la reestructuración de la empresa la idea queda afuera», explica Josep Pascual, que tras haber investigado el movimiento decide utilizar el conocimiento adquirido para crear unos premios que reconozcan la labor de los djs. «Y hacerlo desde Eivissa, que se estaba convirtiendo en el centro neurálgico de la música electrónica». Era 1997, y la isla estrenaba así la primera gala de los Dj Awards. Hoy, diez años después, es un galardón muy preciado en el mundo de la música electrónica, que cada mes de septiembre reconoce con una escultura de resina que simula un trozo de kryptonita a los mejores djs del año, elegidos previamente por votación ciberpopular.
-¿Porqué la kryptonia?
-Lo que siempre digo que la kryptonita da fuerza a los djs para seguir dando buen rollo a la gente que está escuchando su música.
-¿Y cómo se te ocurrió?
-Bueno, la de recién es la versión cartesiana del comienzo de los premios, pero hay una versión fantástica. Te la resumo: Estaba paseando un 12 de octubre por Es Vedrá, a la hora del ocaso, y se me apareció una bola de color verde intenso, con dos ojos y antenas, que decía algo como Snuffy...Tuffy...Snuffy. Y yo, que siempre llevo una cámara y una grabadora, no pude fotografiarlo por la sorpresa e incredulidad que tenía, pero sí grabar los sonidos, que después mandé a analizar.
-Muy fantástica sí, y cómo termina...
-Un amigo de Estados Unidos, interesado en estos fenómenos, descifra los sonidos y me cuenta que es un mensaje numérico que, descodificado, dice que mi misión es potenciar energías positivas y que hay unos tipos que se llaman djs que con su música dan energía positiva a la gente.
- ¿Y lo has logrado?
-Sí, creo que hemos encontrado un formato que está muy bien, porque es como una fiesta familiar, no una competición; es un acontecimiento donde están los djs más reconocidos.
-¿Qué te han aportado los premios a título personal?
-Hasta la fecha me han dado satisfacciones pero también estados de nervios, pues es lógico, sobre todo cuando te mueves con presupuestos precarios. Me han dado también una agenda de amigos por todas partes del mundo y eso no se mide en dinero.
-¿Piensas que es un evento que seguirá con vida propia?
-Estoy intentando dar a entender que ya quiero retirarme. Pero es una idea que conjuntamente pusimos en marcha con Lenny, y espero que no sea un proyecto tan personal que si yo me voy se desmorone. Sería una pena.
-¿Cuál es el futuro de los Dj Awards?
-No lo sé, no puedo adivinarlo, pero Dj Awards ha cogido ya una dinámica, que gente como Louie Vega quiere venir a presentar la gala, o una persona cercana a Roger Sánchez me preguntó el otro día si estaba nominado. Así que, si vacas sagradas como éstas están esperando el evento, vale la pena que dure, al menos, diez años más. Luciana Aversa
Ya circula por toda España el doble cd con los mejores temas de los últimos diez años y con un DVD lleno de imágenes de las galas y de todos los premiados en ellas. Un trabajo lleno de color, movimiento y, cómo no, buena música, que resume las ediciones de los DJ Awards.
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