Los motivos de este arranque moderado de la temporada turística se deben, en parte y según el hotelero Toni Palau, a la crisis existente en Europa así como a la preferencia de las familias por optar a destinos más baratos: «Todos, en general, deberíamos promocionar mejor el destino para atraer a visitantes en temporada baja», indicó a pesar de los buenos resultados indicados por el Govern balear de la llegada de turistas durante el invierno a las Pitiüses. «Las estadísticas son falsas porque la tendencia es que la estancia media sea mucho más baja, de dos o tres días, y para tener las mismas estancias que antes los clientes deben venir dos veces para tener una ocupación de una semana».
De hecho, esta reducción de las estancias mínimas les ocasiona, según comentaron el resto de integrantes, un coste más elevado ya que el número de salidas es mucho más elevado: «Es un mal dato para la economía del establecimiento, ya que los incrementos se producen unos determinados días de la semana», indicó Julià Verdera. José Antonio Ferragut, por su parte, señaló que los fines de semana se registran puntas muy elevadas, «lo que nos obliga a tener más personal contratado ciertos días».
Por todo ello, otro de los hoteleros, Juan José Riera, señaló que la prioridad no es sólo la desestacionalización sino la «recuperación de las temporadas turísticas de seis meses, desde abril hasta finales del mes de octubre».
Para ello, los hoteleros solicitan más transporte durante los meses de temporada baja y la toma de acuerdos con compañías de bajo coste por parte de la administración: «De ser así los hoteles abrirían, pero no se puede asumir un riesgo a sabiendas de que no habrá clientes ni beneficios. Sin transporte no se puede hacer absolutamente nada».
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