El ex ministro Abel Matutes compareció ante la prensa ayer en la sede de sus empresas. Foto: MARCO TORRES

El empresario Abel Matutes aseguró que sólo ha conversado con el ex secretario de la Federación Socialista Pitiusa (FSP-PSOE), Roque López, en dos ocasiones en su vida, «en ninguna de ellas más de quince minutos», además de que hace más de un año que no departe con él. «Jamás hemos hablado de Eivissa Centre, ni de grabaciones, ni de cintas, ni de las informaciones que están siendo publicadas en los medios de comunicación», añadió el ex ministro, que no quiso contestar a preguntas de los periodistas, a los que emplazó para una nueva rueda de prensa mañana. De esta forma, Matutes no desveló sobre qué conversó en esas dos ocasiones con López, a quien defendió porque «según se desprende de lo publicado hasta ahora parece ser de los pocos que intentó cerrar el grifo». El ex ministró convocó a los medios tras la petición del PSOE a la Fiscalía para que investigue una reunión entre Matutes y López en mayo de 2006 en la que «podría ser posible» que se concertara «una estrategia para desprestigiar al partido socialista». «Resulta hipócrita y sin fundamente que la única reacción de los dirigentes socialistas afectados sea señalarme como responsable de esta situación, cuando se trata de hechos muy graves que les afectan sólo a ellos», señaló el empresario, que mostró asimismo su «profunda preocupación» por la gravedad de este tema, que vincula al PSOE con un supuesto cobro de comisiones en el proyecto Eivissa Centre. «En las grabaciones aparecen responsables de la Federación Pitiusa y el equipo de gobierno del Ayuntamiento comentando actuaciones delictivas de gran alcance», dice Matutes, que considera que el PSOE no ha dado una respuesta apropiada «al despachar el asunto con descalificaciones globales, amenazas urbi et orbe y expulsando a Roque López». El ex ministro también restó importancia a la procedencia de los registros sonoros. «Lo único relevante no es quién o quiénes están detrás de las grabaciones, ni cuáles son las razones que les hayan impulsado a filtrarlas, sino el hecho de que describen actos muy graves y, precisamente por ello, esta denuncia demuestra un interés cívico que merece el aplauso general», explicó Matutes, quien también asegura desconocer el modo en el que las grabaciones llegaron al diario El Mundo, un periódico en cuya edición pitiusa el ex ministro tiene «una pequeña participación» empresarial, «aunque esto ahora es lo de menos».