El hipódromo de Sant Jordi se convierte todos los sábados en un espectáculo para la vista y una tentación para el bolsillo, un espacio que pese a su enorme crecimiento y la incorporación de nuevos géneros conserva aún intacta la esencia y el encanto que le vio nacer hace más de doce años cuando un francés emprendedor, llamando Bernard Clavier, aunó a varios artesanos de la isla a reunirse, en este recinto. Desde entonces ha pasado ya mucho tiempo y los 20 puestos iniciales se han convertido en pequeñas callejuelas que albergan más de 150 paradas. En ellas, el visitante puede encontrar: ropa nueva o de segunda mano, novelas redactadas en todos los idiomas, cds de música, aparatos electrónicos, zapatos, plantas, relojes, juguetes, joyería y artículos del hogar, así como productos textiles con objetivos benéficos, como los que pone a la venta la ONG Remar.
La tentación de las oportunidades
El tradicional mercadillo de Sant Jordi ofrece cada sábado todo un recorrido de variedades y sugerentes artículos con precios al alcance de cualquier visitante
04/03/07 0:00
También en Pitiusas
- «A Ibiza vienen los jueces y funcionarios que no tienen más remedio y se van a la mínima que pueden»
- «Vendía un millón de pastillas de éxtasis mensuales en Ibiza»
- Noche de pesadilla en un vuelo de Ryanair hacia Ibiza
- Infierno en el paraíso de Ibiza: una temporada más de colapso en el mirador de es Vedrà
- Verano 2024 en Ibiza: circula con el coche por el paseo marítimo de Santa Eulària lleno de peatones
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.