Este año, dos barrios del municipio de Eivissa decidieron celebrar la fiesta que cada año dice adiós a los festejos de Carnaval, como es el tradicional entierro de la sardina. Fueran las asociaciones de vecinos de es Clot y ses Figueretes las que invitaron a todos sus vecinos, y también de otros puntos de la ciudad y de la isla, a compartir con ellos una suculenta sardinada a la brasa, regada también con ví pagès y gaseosa. Una noche llena de estrellas que permitió que ambas asociaciones llevaran a cabo una fiesta que llevan tiempo organizando, después de que el día lluvioso les hiciera dudar si sacar los kilos de sardinas y dorarlos a la brasa para que todos los que quisieran, y de forma gratuita, pudieran saborear.

Por suerte el buen tiempo acompañó y fue en ses Figueretes donde la fiesta tuvo su particular y entretenido entierro. Una gran sardina, bien dispuesta en un ataúd de un metro ochenta de largo, fue seguida por un obispos y un grupo de plañideras totalmente vestidas de luto hasta la playa donde recibió su siempre cómico y divertido entierro. Un buen ejemplar ficticio que tuvo ayer su funeral con todos los honores después de que vecinas de ses Figueretes le dieran forma con tela y muchas puntadas, y la rellenaran para emular su tierna carne de mar. En esta fiesta también hubo espectáculo de música en vivo, para animar una plaza Julián Verdera que ya casi por tradición alberga este entretenido encuentro.

Los que sí se estrenaron en organizar una sardinada popular fueron los vecinos de es Clot, que la celebraron en el Parque de la Paz y que asistieron de riguroso luto. La orquesta Belma acompañó este evento, en el que por primera vez se despidió a la semana de festejos más colorida del año. L.A.

Entre ambas fiestas sumaron ayer 190 kilos de sardinas que fueron cocinadas en dos grandes torradas. En ses Figueretes fueron 90 los kilos que se sirvieron para alimentar a las decenas de personas congregadas en el paseo principal del barrio mientras que en el Parque de la Paz, los kilos de sardinas alcanzaron el centenar. Ambos eventos comenzaron a partir de las 18,00 horas pero alcanzaron su punto más caliente alrededor de las 20,00 horas, cuando los comerciantes pudieron cerrar sus locales para formar parte de la fiesta. En Es Clot, por otra parte, los comercios de la zona donaron distintos productos que después fueron sorteados en una rifa, en la que se repartieron prendas Adlib, regalos, cenas en restaurantes y otros obsequios. Ambos eventos fueron subvencionados por el Ayuntamiento de Eivissa.