Planos del alzado norte y sur del castillo después de reformarse, según el proyecto básico de rehabilitación de Turespaña.

MAITE ALVITE
Las obras de rehabilitación que se llevarán a cabo en el castillo de Eivissa para convertirlo en Parador Nacional costarán 9.987.194 euros, según la estimación que figura en el proyecto del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.

La intervención, que está pendiente únicamente de un informe favorable de la Comisión Insular de Urbanismo y Patrimonio (Ciotupha), supondrá la transformación de las instalaciones del castillo en un establecimiento hotelero de cuatro o cinco estrellas que contará con 71 habitaciones de aproximadamente 27 metros cuadrados cada una distribuidas entre las plantas baja, primera y segunda.

El parador dispondrá de un acceso principal peatonal desde la Plaza de la Catedral a través de las escalera realizada por el arquitecto Elías Torres, hasta la Plaza de Armas y, además, tendrá un acceso rodado hasta el aparcamiento subterráneo ubicado fuera de las murallas, entre los baluartes de Sant Jordi y Sant Bernat, que estará conectado con túneles y ascensores con la recepción.

La planta sótano, con una superficie de 1.463 metros cuadrados, será la de acceso de personal, vestuarios, almacenes, lavandería e instalaciones. El proyecto contempla que se haga una excavación bajo una pequeña parte del Edificio Poulet, el de Compañías y el antiguo gimnasio de los militares, donde se ubicará una zona de spa.

La planta baja (2.986 metros cuadrados), que es la de acceso, dedicará 427 metros cuadrados a habitaciones que se habilitarán en los antiguos cuarteles de caballería, las casernas y el gimnasio militar y a las que se accederá directamente desde el exterior. En la Casa del Gobernador estarán los espacios comunes, la recepción, salones de estancia y una tienda que se articularán en torno al patio central. En los cuarteles de Simón Poulet se ubicarán el comedor de diario y la cocina, conectada con la sala de usos múltiples en la Casa de la Ciudad o Edificio de las Bóvedas, que tendrá también uso de salón de celebraciones. En el extremo sur del Edificio Poulet estará la cafetería con una terraza exterior en el Patio de Armas. La sala cubierta con bóveda y cañón y el espacio que fue el Molino de Pólvora se destinarán igualmente a salones, según el proyecto.