J. MIRANDA
«La culpa de que compráramos Can Botino la tuvo el arquitecto Elías Torres», recordó ayer el alcalde de Eivissa, Xico Tarrés, al anunciar que los actos oficiales del Día de la Constitución, organizados por la Dirección Insular de la Administración del Estado, servirían para inaugurar finalmente la nueva sede del Ayuntamiento de Eivissa.

«El dueño, un ciudadano italiano, quería construir apartamentos y yo le dije que ese edificio tenía que ser del Ayuntamiento. Al final se decidió y puso precio: 180 millones de pesetas, una cantidad que entonces no podíamos asumir. Un día, Elías me preguntó por el asunto. '¿Cómo está lo de Can Botino?', preguntó, y yo le conté que habíamos vuelto a hablar, pero que el precio era excesivo; pero para él la cosa estaba muy clara y me dijo: 'No seáis tontos y compradla, que el actual ayuntamiento nunca dejará de ser un anexo de una iglesia [la de Santo Domingo' y un edificio como ése es único, y que si perdíamos la oportunidad siempre nos arrepentiríamos». Y ése fue el impulso que Tarrés necesitó para cerrar el acuerdo. «Por 178 millones, para que no se dijera», apostilló. Ayer, decenas de operarios se esmeraban en limpiar los restos de las obras y poner en marcha sistemas eléctricos, informáticos y telefónicos para que hoy pueda acoger, desde las doce, los actos institucionales del Día de la Constitución, presididos por José Manuel Bar, delegado gubernativo, Pere Palau, presidente del Consell, y el propio Tarrés. «Aunque todavía hay que dar pequeños retoques a este inmueble del siglo XVII y terminar con la decoración, se ha decidido que era una fecha suficientemente importante como para abrir al público este espacio municipal y acoger esta celebración», señaló ayer el equipo de gobierno a través de una nota de prensa. Sin embargo, el traslado en sí de la Alcaldía y sus dependencias y del archivo no se empezará hasta el lunes.