P.AGUILO MORA/P.CANDIA
El celador del Ajuntament d'Andratx detenido el lunes en el transcurso de la primera fase de la «operación Voramar», Jaume Gibert Fuster, intentó justificar el jueves ante el juez Àlvaro Latorre y los fiscales Juan Carrau y Pere Horrach, el multimillonario patrimonio familiar que él y su esposa han ido amasando durante los últimos diez años.

Según fuentes de la investigación a las que ha tenido acceso este diario, a lo largo del interrogatorio del jueves, Gibert aseguró que el dinero con el que adquirió un chalé en sa Ràpita, una lancha motora, un todoterreno y diferentes colecciones de arte y joyas, no fluyó de acto delictivo alguno, sino de una herencia y de los beneficios que supuestamente les reporta la tienda de ropa para niños que regenta su mujer Antònia Garí Riera, también imputada en el caso. De acuerdo con su declaración, la exclusiva boutique infantil Colorins (de la que era clienta asidua la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, sobre todo en su etapa de delegada del Gobierno), situada en la calle Constitución, arroja unos beneficios anuales de entre 80 y 100 millones de las antiguas pesetas gracias a los cuales, el matrimonio Gibert-Garí podría haber adquirido en la costa de Campos un chalé valorado en 540.000 euros, una lancha Faeton de 10 metros de eslora tasada en 200.000, además de un automóvil Volkswagen Touareg que cuesta alrededor de 70.000. Apuntar también que en el registro del inmueble que la pareja posee en Palma, la policía judicial de la Guardia Civil se incautó de una colección de relojes Rolex y obras pictóricas de Antoni Tàpies y Joan Miró.