Los titulares de las concesiones temporales de playa que otorga Costas a través del concurso realizado por el Ayuntamiento de Formentera comenzarán a recoger firmas y quejas de los usuarios ante la situación generada por la Demarcación de Costas de limitar al mínimo la superficie de sombra en los kioscos de playa.
Los concesionarios acusan a Costas de reducir la superficie cubierta de las concesiones que está generando quejas de los usuarios que se encuentran con la situación de no poder tomarse una refresco a la sombra debido a las exigencias de Costas que limita al mínimo la superficie de sombra de los kioscos. Ello es un contrasentido, ya que la propia demarcación de Costas ya ha anunciado que para el año que viene se permitirá una ampliación de la zona de sombra en los chiringos de playa, pero pese a ello, en esta temporada se han reducido los sombrajos de forma considerable con respecto a años anteriores. Los kiosqueros, que está recogiendo firmas para presentar tanto a Costas como al Consistorio, esperan una intervención efectiva del Ayuntamiento que la semana pasada se dio por enterado del problema y prometió actuar ante Costas. Por el momento y ante la no respuesta oficial de quien ostenta la potestad legislativa, Costas, los kiosqueros han preparado varias medidas que van desde la recogida de firmas, la recepción de las quejas de los usuarios y se plantean que en los establecimientos hoteleros cercanos a kioscos de playa se informe a los turistas de que si quieren mesas a la sombra «se traigan ellos mesas plegables y parasoles -dijo uno de los representantes de los concesionarios, Bartolomé Escandell-, ya que nosotros no podemos hacer nada al respecto». Escandell señaló que caso de que no se arbitren soluciones de forma inmediata, estudian la posibilidad de publicar en los medios de comunicación de los principales mercados emisores, comunicados explicando que «pese a que se venda una isla como un paraíso, deben tener bien claro que en las playas se van a encontrar con una situación lamentable y con unos servicios mínimos, casi tercermundistas».
Desde el sector de los concesionarios no se entiende que tras años de lucha se haya impedido la instalación de lavabos con sus correspondientes fosas sépticas, duchas y abastecimiento de agua y electricidad para dar servicio a los visitantes que acuden a un lugar calificado de privilegiado. En algunos casos, como en el propio Parc Natural de ses Salines se da el contrasentido de que algún establecimiento debe funcionar con generador eléctrico a gasolina, contaminante, cuando a pocos metros del lugar pasa una línea de suministro eléctrico a la que no dejan se conecten.
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