Como propuesta alternativa a las horas de videoconsola y televisión, las escuelas de verano abrieron ayer de sus puertas, como hacen desde hace aproximadamente 16 años, para ofrecer a los chicos un conjunto de actividades que, aunque se realizan en los centros escolares, distan de asemejarse a las realizadas durante el periodo de clases; todas unas vacaciones repletas de manualidades, juegos, deporte, excursiones, danza, teatro y expresión corporal, etc. Los ocho municipios de las Pitiüses cuentan con escuelas de verano y, dado el éxito con el que año a año se reciben, las plazas van en aumento. Para los rezagados, comienza el periodo de inscripción para el turno de agosto.

Los diez miembros del equipo de monitores que trabajan en el colegio público Portal Nou, todos gente joven ligada a la educación con ansias de aprender, después de un agitado primer día, reconocen los nervios propios de los que asumen una nueva responsabilidad, rodeados del caos de las primeras veces. Los padres, más tranquilos, muchos veteranos en cuanto a dejar a sus hijos en escuelas de verano, reciben a sus hijos contentos con el servicio, pues la iniciativa permite compaginar el trabajo de éstos con un lugar seguro y económico donde dejar a los chicos.

Aproximadamente cien alumnos, todos entre los tres y los doce años, salen del primer día de escuela veraniega exhaustos después toda una mañana de intensos juegos de presentación pero sin perder la sonrisa, con los llantos y los nervios del comienzo del día ya olvidados, deseosos de explicar a sus padres cómo son sus nuevos amigos.

Para los más grandes, el Ajuntament d'Eivissa realiza desde hace tres años 'Aventura't a l'estiu', una iniciativa dirigida a chicos entre once y 15 años centrada en la realización de actividades deportivas varias. Sus monitores, todos licenciados en el campo de la educación física y la docencia, cuentan con 150 plazas para alumnos que disfrutarán de un abanico de ejercicios que van desde el senderismo a la vela, pasando por la defensa personal y un campamento. I. Maldonado