E. RODRÍGUEZ
El Pacte desveló ayer que el arqueólogo contratado por la empresa constructora de la autovía del aeropuerto envió una escrito de queja el pasado 3 de mayo al conseller insular de Patrimoni, Joan Marí Tur, para manifestarle su malestar por el hecho de que la empresa le dio sólo 40 minutos para recoger documentación gráfica sobre la casa payesa de Ca na Palleva antes de su demolición, cuando inicialmente se había pactado entre un día y un día y medio.

Este arqueólogo presentó su renuncia una semana después alegando motivos personales. Por su parte, el arqueólogo encargado de la supervisión de las obras de ampliación de la carretera de Sant Antoni también ha presentado su renuncia alegando los mismos motivos. Marí Tur justificó ayer que uno de ellos necesita más tiempo para preparar oposiciones, y el otro ha encontrado otro trabajo, sin entrar en otras consideraciones. Asimismo, el conseller aseguró que si los arqueólogos no tuvieron más tiempo para recabar la documentación de la casa payesa fue porque «no les dejaron entrar antes». «Muchos fueron los intentos de los arqueólogos para hacer su trabajo, pero se les insultó e imposibilitó entrar», dijo el conseller, quien calificó estos hechos de graves. Marí Tur también lamentó «el estado de abandono» en que se encontraba la casa e insistió en que, a causa de los elementos arquitectónicos modernos incluidos en la casa, como «uralita», hacían imposible proteger el inmueble tal y como han reclamado insistentemente desde la oposición y el Grup d'Estudis de la Naturalesa.

La Comisión Insular de Patrimoni (CIOTHUPA) acordó el jueves «lamentar» lo sucedido, en referencia, según el conseller, a los problemas planteados por los antiautopista para acceder al interior de la casa y al estado en que los arqueólogos se la encontraron. La portavoz del Pacte, Pilar Costa, pidió en esa sesión que se abriera un expediente a la empresa constructora por no dar más tiempo a documentar la casa, petición que fue denegada.