El proyecto para extraer agua del aparcamiento de Talamanca para proveer a la planta desaladora de Eivissa ya fue rechazado en 1993 por el riesgo de salinización de un gran acuífero de agua dulce del que se surten decenas de pozos de las viviendas de una amplia zona.

Entonces, según recogió la prensa, se produjo la movilización de un gran número de vecinos de Jesús, que se dirigieron, entre otros estamentos, al alcalde de Santa Eulària, Vicent Guasch, para que desde la institución se pidieran garantías para los acuíferos de la zona, a pesar de que el suministro de agua del entonces todavía proyecto de desaladora estaba destinado a abastecer la red del municipio de Eivissa. Para fundamentar su postura, recurrieron al doctor ingeniero de Minas Bartolomé Escandell Prats, que elaboró un informe en el cuyas conclusiones se recogía: «Nadie puede quedarse con los brazos cruzados ante lo que sería la salinización que afectaría cada día a una zona más extensa, dejando sin tan preciado bien a cientos de familias, transformando en campos yermos grandes extensiones hoy [por 1993] ocupadas por frutales u otros cultivos, sin contar los innumerables pozos que se utilizan para las viviendas y otros que suministran agua a diferentes urbanizaciones».

Finalmente, según recogieron los medios de comunicación, se desestimó la posibilidad de que el agua de suministro de la desalinzadora procediera de esta zona y se hicieron los pozos de extracción en la zona de s'Illa Plana, con el consiguiente encarecimiento del proyecto. En la actualidad, distintos problemas han provocado que la planta de tratamiento de agua de mar tenga un caudal inferior al que se necesita para dar satisfacción a la demanda de la población, lo que hace necesario encontrar nuevos puntos de extracción. En estos momentos, la expropiación del terreno para construir cuatro nuevos pozos está en fase de exposición pública y acaba el martes.