Como ocurriera ya en las fiestas de Sant Josep, los antiautopistas acabaron focalizando la atención con su particular protesta enlutada, que transcurrió la mayor parte del tiempo de forma respetuosa y pacífica. Una comitiva de más de un centenar de personas vestidas de negro portando cruces y pancartas contra las autovías esperaban a la entrada de la iglesia y en la calle principal para recibir a los políticos. Más de una decena de agentes de la Policía Local y Guardia Civil vigilaban que todo transcurriera con normalidad. A la salida de la procesión y al paso de los políticos del PP todos los manifestantes pusieron sus pancartas y manos en alto. La consellera de Vías y Obras, Stella Matutes, escoltada por dos policías, fue recibida con aplausos irónicos.
La tensión se desató cuando la comitiva siguió a los políticos e intentó entrar, sin éxito, en las oficinas municipales en el que se había servido un ágape. Entonces la protesta, que hasta entonces había sido relativamente silenciosa, empezó a subir de tono con pitadas, abucheos e insultos varios para recibir a las autoridades que entraron y salieron del recinto.
Vigilando las dos salidas del edificio, los antiautopista esperaron que saliera Stella Matutes, que tuvo que ser escoltada por más de una decena de agentes de las fuerzas de seguridad hasta su coche. Con algunas dificultades, la consellera de Vías y Obras consiguió entrar en el vehículo, mientras algunos de los manifestantes intentaban reiteradamente cerrar el paso al coche, que recibió golpes y patadas. La intervención de las fuerzas de seguridad permitió que el vehículo pudiera por fin arrancar.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.